La Guardia Civil busca a las personas que en la madrugada del miércoles al jueves colocaron el cuerpo de un lobo sin cabeza sobre un vehículo de la Guardería de Medio Rural en El Portazgo, a escasos metros de Arriondas. El vehículo apareció, además, con las ruedas pinchadas.

Los restos del animal fueron descubiertos en la mañana del jueves por guardas del Principado. El cadáver del lobo ha sido trasladado a un laboratorio para su análisis. Fuentes de la Guardería Rural señalaron su convencimiento de que el cuerpo del lobo hallado en El Portazgo se corresponde con una de las dos cabezas descubiertas por la Policía de Cangas de Onís el pasado mes de junio colgadas del puente "romano" de esa localidad, a apenas siete kilómetros de distancia del nuevo hallazgo. Según estas mismas fuentes, las personas que mataron a los dos lobos pudieron utilizar primero sus cabezas y guardar en un congelador los cuerpos de los animales. De ser así, aún tendrían en su poder el cuerpo decapitado de otro cánido.

La aparición de restos de cadáveres de lobo troceados en Asturias ya se está convirtiendo en habitual. Así, además de las dos cabezas halladas en junio en Cangas de Onís, durante la primavera pasada ocurrieron otros hechos similares en diferentes puntos de la región, lo que provocó la indignación de los grupos conservacionistas. La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies (CEA) y la Asociación para la Conservación y Estudio del lobo (Ascel) relacionaron entonces la aparición de las cabezas de lobos en Cangas de Onís con una batida para eliminar ejemplares de esta especie celebrada veinticuatro horas antes en Amieva, en el entorno del parque nacional de los Picos de Europa. Según los ecologistas, en aquella cacería, organizada por el Gobierno del Principado, intervinieron batidores, entre los que, supuestamente, había una veintena de ganaderos, cuya presencia como tales no esta permitida por la legislación vigente. Oficialmente, en aquellas batidas no se mató a ningún lobo, algo que los ecologistas ponen en duda.