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Sacrificadas miles de gallinas en la Mancha tras un brote de salmonelosis en Asturias

En 2016 se contabilizaron en la región 480 casos, atribuidos al consumo de huevos de una granja avícola, y tras el "vaciado" apenas hay afectados

Una granja avícola de enormes dimensiones, emplazada en la comunidad de Castilla-La Mancha, se ha visto obligada a sacrificar a todos los animales -varios millares- y a renovar totalmente la producción de huevos como consecuencia de los numerosos casos de salmonelosis registrados en diversas comunidades autónomas, entre las que Asturias ha tenido un protagonismo particular. El Principado registró en 2015 y 2016 buena parte de los casos investigados, sus técnicos sanitarios y de consumo se esmeraron en los análisis y finalmente elaboraron un detallado informe sobre las posibles causas del brote.

La indagación se prolongó varios meses y fue muy laboriosa. Sin embargo, nunca fue posible, incluso recurriendo a análisis de ADN, vincular de forma inequívoca los casos de salmonelosis estudiados con las muestras obtenidas en la granja. No obstante, y ateniéndose a criterios epidemiológicos, los expertos siempre albergaron muy pocas dudas, pese a lo cual quisieron llevar las pesquisas con absoluta discreción.

Ahora se ha visto que una vez que la explotación avícola ejecutó la radical medida, mató a todas las gallinas y partió de cero, en Asturias no han vuelto a surgir casos de salmonelosis atribuibles a este proceso de producción. En consecuencia, la seguridad sobre el origen del brote es prácticamente plena, corroboran los citados especialistas.

"El problema parece resuelto, pero estamos vigilando de forma especial los huevos provenientes de la granja de la que sospechábamos", señalaron ayer los responsables de la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo del Principado, quienes comparecieron ante los medios de comunicación para dar cuenta de las actividades llevadas a cabo a lo largo de 2016. La citada explotación suministraba -y continúa suministrando- huevos, gallinas y pollos a una cadena de establecimientos alimentarios de elevada implantación en Asturias.

La mayor parte de los casos de salmonelosis investigados correspondían a personas que habían adquirido huevos en la citada cadena. "Casi todos se debieron a consumo en los propios domicilios de las personas afectadas; en establecimientos de hostelería hubo pocos", precisaron las autoridades de consumo, que destacaron que el Ministerio de Sanidad felicitó al Principado por la exhaustividad de la investigación llevada a cabo.

LA NUEVA ESPAÑA se había hecho eco el 14 de octubre del año pasado del sorprendente aumento de incidencia de la salmonelosis en la región y de la investigación que entonces estaba en curso. A lo largo de 2016 se contabilizaron 480 casos, una cifra mucho más elevada que la computada en cualquiera de los años anteriores (salvo en 2015, que también había sido alta). Como contraste, en lo que va de 2017 sólo se han computado 29 casos de salmonelosis.

"La temporada del año con más casos es el verano -indicó Ismael Huerta, jefe del servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería de Sanidad-, pero ni de lejos esperamos una cifra tan alta como la de los años anteriores". El sacrificio de las aves -el "vaciado", según la terminología empleada en el argot del sector- tuvo lugar en los últimos meses del año pasado.

Los casos del brote se distribuyeron por toda la geografía asturiana. La bacteria no llegó a ocasionar muertes, pero sí varias hospitalizaciones. Se da por sentado que muchos afectados, debido a la levedad de los signos, ni siquiera llegaron a acudir al médico.

Los principales síntomas producidos por la bacteria de la salmonelosis son fiebre, diarrea, cólicos abdominales y dolor de cabeza, entre otros. Suelen durar entre pocos días y una semana. El diagnóstico se realiza con una prueba de heces.

Los tests efectuados en los centros sanitarios desvelaron el aumento de la frecuencia de un determinado tipo de cepa, y un incremento más leve de otras cepas de salmonela. La bacteria de la salmonela no sólo está presente en el huevo; también puede ocultarse en carne poco hecha y en algunos otros alimentos.

En los últimos años, a causa de las exigencias de seguridad impuestas por la legislación de la Unión Europea, muchos productores de huevos se vieron obligados a cerrar sus plantas. En consecuencia, la distribución en España quedó concentrada en un puñado de empresas de gran tamaño y enorme producción que abastecen a superficies de todo el territorio nacional.

Estas mismas exigencias han propiciado, tanto en Asturias como en el resto del país, una caída del número de casos de salmonelosis. Una tendencia a la baja que se vio parcialmente interrumpida en 2015 y 2016 como consecuencia del citado brote.

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