El tabaco roba en Asturias unos 26.000 años de vida cada año. Si el dato no anima definitivamente a dejar de fumar, es que para muchos la batalla está perdida.

Una cifra que se extrapola de los datos nacionales conocidos anteayer y que calculan en más de 1,1 millones de años perdidos el impacto del tabaquismo en la sociedad española. Así, un año tras otro.

El consumo de alcohol y las drogas nos birlan en Asturias otros 22.000 años, la alta presión también nos echa un enorme y letal bocado, con 21.700 años, y el índice de masa corporal elevado (eufemismo que sustituye a la gordura), se acerca a los 21.000.

Son datos de un estudio internacional, coordinado en España por el doctor Joan Soriano, de la Universidad Autónoma de Madrid, y en el que se trabajó con más de 1.500 fuentes sanitarias y demográficas, incluidos una veintena de hospitales y centros de investigación de toda España.

Esos miles de años perdidos se toman a partir de los años de esperanza de vida. En España tenemos una de las cuatro esperanzas de vida más altas del planeta, junto con Japón, Corea del Sur y Francia. En los varones, más de 80 años; en las mujeres, casi 86.

Los tres "suspensos"

Esto quiere decir que si un cáncer de pulmón por culpa del tabaco es la causa directa de la muerte prematura de un asturiano de 50 años, el tabaquismo "robaría" treinta años de vida en la región.

Tabaco y alcohol, junto a la obesidad infantil, son los tres "suspensos" de la sanidad española en los rankings internacionales. En Asturias fuma a diario el 35% de la población adulta, una cifra que se considera inaceptable. Tres de cada cuatro fumadores tienen más de 35 años, pero a pesar de todas las campañas anti-tabaco las cifras de los que dejan el hábito de la nicotina son escasas, cuando no decepcionantes.

Cerca del 20% de los jóvenes fuma con regularidad, y ese porcentaje esconde desde hace pocos años una singularidad: ellas fuman más que ellos.

El tabaco, el alcohol y otras drogas restan en Asturias unos 58.000 años de vida en cada ejercicio anual. Si consideramos una media de vida en torno a los 80 años de edad, estaríamos hablando del equivalente a más de setecientas personas en el Principado.

El estudio ha sido publicado por la revista especializada Medicina Clínica, bajo el epígrafe de Carga Global de Enfermedades 2016.

Los expertos alertan sobre la incidencia terrible del tabaquismo en la morbilidad y la mortalidad. Y sobre la mesa, plantean algunas propuestas que cobran peso. Una, la prohibición de fumar en espacios públicos, aunque sean abiertos. Por ejemplo, en las terrazas.

No a las máquinas

La segunda, la prohibición de todo tipo de máquinas de venta expendedoras de tabaco en los establecimientos hosteleros, aunque ahora ya no sean de uso indiscriminado y se requiera su activación por parte del responsable del negocio.

El tabaco supone casi el diez por ciento de toda la carga de enfermedad en España. Genera muchos ingresos en forma de impuestos, pero también una riada de gastos sanitarios y asistenciales no siempre fáciles de evaluar. En Asturias el número de fumadores es superior en un punto a la media nacional.

El robo de años de vida, tras el tabaquismo, el alcohol y otras drogas, y la alta presión arterial y la obesidad, tiene especial incidencia estadística en dietas desequilibradas, glucosa elevada en ayuno, colesterol alto, riesgos ocupacionales (fundamentalmente, laborales), insuficiencia renal y contaminación del arte. El undécimo riesgo en la lista de "ladrones de años de vida" es la baja actividad física.

Como se ve hay muchos apartados que se solapan y entrecruzan, lo que hace difícil traducir las estadísticas. El apartado de "sexo inseguro" supone en Asturias, siempre extrapolando datos nacionales por número de habitantes, una merma de unos 1.700 años de vida anuales.

En España mueren cada año unas 420.000 personas. En Asturias los fallecimientos anuales se sitúan en torno a los 13.000, con saldo vegetativo.