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FRANCISCO FERNÁNDEZ VEGA | Nefrólogo, presidente saliente

"La mujer es más receptiva que el hombre a los consejos sobre la hipertensión"

"Fue doloroso ver abandonos de tratamiento por razones económicas, por ejemplo de pacientes jóvenes con dos hijos y que perdieron el trabajo"

Francisco Fernández Vega, en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Francisco Fernández Vega, nefrólogo del Centro Médico de Asturias (Oviedo) y del Hospital Begoña (Gijón), se despide, después de seis años, de la presidencia de la Sociedad Asturiana de Hipertensión y Riesgo Vascular (SHARVA). Esta entidad celebra en Oviedo, desde hoy y hasta el viernes, su congreso de periodicidad bienal. El doctor Fernández Vega, que también ha sido vicepresidente de la Sociedad Española de Hipertensión, será sustituido por Ana Rosa González, médica del centro de salud de Sabugo (Avilés).

- ¿Por qué decidió centrar su actividad profesional en la lucha contra la hipertensión?

-Fue hace unos 30 años. El condicionante fue la íntima relación entre la hipertensión y el riñón. Aquello de que el riñón es "víctima y villano" de la hipertensión, y por otro lado de que la mayoría de las nefropatías cursan con hipertensión. Posteriormente vino el concepto de riesgo cardiovascular que sufren los pacientes hipertensos y nefrópatas.

- ¿Cómo ha evolucionado esta batalla en sus años de ejercicio profesional?

-La clave ha sido buscar una visión global del riesgo cardiovascular. La hipertensión está imbricada con los demás factores: colesterol, diabetes, obesidad... que llevan a la enfermedad cardiovascular establecida: ictus, infarto de miocardio, insuficiencia renal... La actitud integral tanto en la valoración como en el tratamiento del paciente ha sido muy positivo.

- ¿Cuál fue el salto más cualitativo?

-La formación continuada de médicos y enfermería, la conexión con nuestros compañeros de atención primaria y lo que se ha generado de la investigación clínica. Las enseñanzas de los grandes estudios clínicos junto a las aportaciones de los nuevos fármacos. Una vez más nos hemos dado cuenta de que no hay panaceas y de que los avances exigen esfuerzo, constancia y paciencia.

- ¿Falta aún concienciación social?

-Así es. No es fácil la comunicación médico-paciente por ninguna de las dos partes. Se trata de una carrera de fondo y para eso nos falta el valor más preciado, el tiempo, del que disponemos muy poco y que es imprescindible para concienciarnos y sensibilizarnos todos. La relación médico paciente debe basarse en un compromiso mutuo de cumplimiento. Nos falta educación en esa línea.

- Defina el perfil medio del paciente más rebelde a los consejos del médico sobre hipertensión.

-Empresario, entre 45-60 años con una media diaria de 14 horas en el trabajo, con gran carga de estrés y que nunca come en casa ni en el trabajo, lo hace a diario en el restaurante, prolongación de su despacho. Su frase habitual es "no tengo tiempo para nada". En general, la mujer es más receptiva, aunque sea empresaria, y el mejor ejemplo de respuesta es ama de casa de 35 a 55 años.

- ¿Una excusa de un paciente que recuerde con especial... ternura, o lo que sea?

-Varios, en relación con la crisis económica de 2010-2015. Abandonos de tratamiento por razones económicas. Pacientes jóvenes con dos hijos y que perdieron el trabajo. Doloroso.

- ¿Alguna vez se ha sentido una especie de predicador en el desierto?

-Alguna vez, pero cuando te abres a un paciente y le das confianza, relata debilidades y dificultades del día a día, hace la catarsis contigo y, al menos, te ves recompensado por la sinceridad. La buena historia clínica, el contacto con el paciente, jamás será sustituido, pero es imprescindible disponer de tiempo.

- Los niveles de presión arterial considerados normales han ido bajando. ¿Está justificado o se ha dejado sentir la presión de los laboratorios?

-Siempre me refiero al control de la presión arterial como "un objetivo deseado, un debate apasionado". Los objetivos de control han bajado apoyados en estudios bien diseñados que han mostrado el beneficio de llevar las cifras de presión arterial a niveles inferiores y que han modificado las recomendaciones en las guías de práctica clínica, cada vez individualizando más a los pacientes. Seguimos en plena vorágine de discusión.

- ¿Medicación o cambio de estilos de vida?

-Hábitos de vida: lo más difícil. Y, posteriormente, fármacos. Las pastillas hay que tomarlas cuando hay que tomarlas.

- ¿Qué va a suceder durante los próximos años: la enfermedad se hará más mortal o mejoraremos en medidas preventivas?

-Lo veo con optimismo, dada la evolución de los últimos años. Se va consiguiendo poco a poco mejorar el grado de control de los distintos factores de riesgo, aunque es cierto que queda un largo camino. En el fondo de la filosofía está la promoción de la salud para evitar la aparición de los factores de riesgo.

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