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Se dispara por segundo mes consecutivo la cifra de pacientes en espera que no son operables

Salud niega artificios contables para reducir la lista de espera y alega que hay más gente que rechaza intervenirse en Navidad y con patologías pasajeras

Se dispara por segundo mes consecutivo la cifra de pacientes en espera que no son operables

Por segundo mes consecutivo se ha disparado la cifra de pacientes en lista de espera quirúrgica que el Principado cataloga como imposibles de operar en este momento. Si a finales del pasado octubre eran 1.770, a finales de noviembre eran 2.121 y a finales de diciembre habían crecido hasta 2.433. Este aumento carece de precedentes en los registros históricos del Servicio de Salud (Sespa), según puede observarse en el exhaustivo gráfico que ilustra esta información.

Esta catalogación -"pacientes transitoriamente no programables"- sirve para extraer a esos enfermos de la lista de espera "estructural" de los hospitales de la región, que es la que trasciende a nivel nacional en la comparación entre comunidades autónomas. Asimismo, implica adelgazar un epígrafe al que la Consejería de Salud otorga una notable relevancia: la de usuarios que aguardan desde hace más de 180 días para ser intervenidos. Además de resultar relevante, las esperas superiores a seis meses en algunos tipos de cirugía vulneran un decreto de tiempos máximos de demora que la Consejería de Salud aprobó en noviembre de 2018.

¿Cuáles son los motivos de este inédito aumento de los pacientes que, estando en lista de espera, no pueden ser intervenidos? Antes de responder, aclaremos qué significa enfermos "transitoriamente no programables". Según el reglamento que sigue la Consejería, hay dos razones para entrar a formar parte de este apartado: motivos clínicos que contraindican o no aconsejan temporalmente la intervención; y solicitud de aplazamiento de la intervención (motivos personales, laborales, etcétera) por parte del propio enfermo.

Peticiones de los usuarios

¿Qué ha sucedido en este caso? Este periódico se lo ha preguntado a la Consejería de Salud tanto el mes pasado -cuando salieron los datos del cierre de noviembre- como este. El salto de octubre a noviembre fue muy notable: de 1.770 a 2.121. Sin embargo, fuentes de Sanidad explicaron en aquel momento que en los despachos del Sespaestos datos, y añadieron que el epígrafe de pacientes transitoriamente no programables "fluctúa a lo largo del año, por ejemplo cuando se incrementa la actividad quirúrgica", y siempre debido a los dos factores antes mencionados.

El salto del número de pacientes de diciembre, con la consiguiente pregunta de LA NUEVA ESPAÑA, ha generado en el Sespa una explicación bastante más detallada, que tiene varios apartados. Por una parte: "Siempre en noviembre y en diciembre se produce un incremento, habitual en estos meses, sobre todo a fin de año, y sobre todo en diciembre". Segundo: "Se trata de un incremento de aplazamientos por parte de los usuarios debido a que hay vacaciones y fiestas". Tercero: el pasado mes de diciembre se pusieron en marcha algunos programas especiales de cirugía por las tardes y, "al aumentar la oferta de intervenciones, aumentan también las peticiones de aplazamientos". Y cuarto argumento del Sespa: "En invierno, y especialmente en diciembre, repuntan las patologías infecciosas-respiratorias y, cuando confluyen en pacientes con patología crónica, la cirugía suele aplazarse por prudencia hasta que paciente registre una mejoría".

En ambos casos, la Administración sanitaria niega artificios contables. Sin embargo, el sindicato Usipa-Sicepa sostiene que "resulta sospechoso que al cierre del ejercicio, precisamente cuando toca comparar números, casi 700 personas en un mes hayan pasado a ser no operables".

Lo cierto es que los hospitales públicos asturianos han cerrado 2019 con 19.326 pacientes en espera estructural para operarse, frente a los 18.201 del cierre de 2018. Si a la cifra estructural se le suman los pacientes transitoriamente no programables y lo que han rechazado un hospital alternativo para operarse, resulta que 2019 concluyó con un total de 23.905 enfermos pendientes de pasar por el quirófano, frente a los 22.010 de 2018. Y en cuanto a los que soportan demoras de más de 180 días, 2018 había finalizado con 399 y el año pasado se cerró con una cifra sensiblemente superior: 1.060.

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