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Tres horas gritando contra el "virus del machismo"

Una multitud, sin miedo al coronavirus, toma Oviedo incluso con sus mascotas: "Todos tenemos que ser feministas"

Tres horas gritando contra el "virus del machismo"

Faltan quince minutos para que empiece la manifestación del 8M y en la Plaza América las feministas ya se organizan para dar una tarde de "lucha". Adolescentes a la cabeza, batucada detrás, y partidos, sindicatos y público en general a la cola. Pocos hombres y alguna que otra mascota se ven en los puestos de salida, donde Nieves Llavona, ovetense de 74 años, espera ansiosa, en su moto para personas con discapacidad, a que el reloj marque las cinco en punto. "Hay que salir a la calle, porque si no, nos comen", dice mientras la plaza se va tiñendo de color malva. A Alejandra Betegón le acompañan su marido, Adán Rubio, y su bebé de dos meses, Mara. "Es la primera vez de muchas que va a participar en la manifestación", asegura la ovetense de 37 años señalando a su pequeña, que duerme plácidamente en su carricoche pese al guirigay de fondo. "Hay que educarles desde la cuna", agrega.

8M: Miles de mujeres abarrotan  las calles de Oviedo: "Asturias será la tumba del machismo"

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A las cinco y cinco minutos, una treintena de mujeres -también hay algún hombre- empiezan a golpear con fuerza los tambores. Es el aviso de que "esto empieza ya". Suben las baquetas y gritan: "Salimos a la calle, vive libre, libre, sin temor". Nerea Fernández, gijonesa de 12 años, está en el meollo: "Estoy aquí para manifestar lo que soy. Todos los años vengo, ya me traía mi madre cuando era pequeña en la sillita". La juventud manda. Los mierenses Irina Huelga y Celia Gutiérrez, de 16 años, y Alejandro Reyes, de 12, situados a la cabeza de la protesta, creen que "hay que defender los derechos de la mujeres desde bien temprano". Y la ovetense Sara Freije defiende que "todos tenemos que ser feministas, hasta el perro". Lo dice por Lío, un precioso golden retriever, que lleva un pañuelo malva atado al cuello.

"Abajo al patriarcado, que va a caer; arriba el feminismo, que va a vencer", gritan decenas de mujeres, mientras acompañan sus palabras agachándose primero y saltando después. La "columna" de Plaza América, como así denominaron las organizadoras a uno de los tres brazos de la manifestación, avanza, pero muy lentamente. A la misma velocidad que las otras dos: la de Renfe y la de calle Víctor Chávarri. Aunque se suponía que en ellas los asistentes iban distribuidos según su procedencia -Oviedo y Cuencas por un lado, Avilés y Occidente por otro, y Gijón y Oriente por otro- al final hubo mezcla. En Uría, las pandereteras abren camino, mientras algunos curiosos, pocos, las miran desde las aceras. Pese a la aplastante mayoría feminista, algún hombre se atreve a desafiar a la marea. Y ellas contraatacan: "¡Machirulo de mierda, fuera!". La ovetense Carolina Fernández va en esta "columna": "Hay que seguir luchando por la igualdad, porque quizá a nivel legal ya lo hemos conseguido, pero en la práctica no".

80

Manifestación del 8 M por las calles de Oviedo

Las avilesinas Marisol Delgado, Loli Díaz, Encarna Fernández, María Maudo, Rosi Fernández y Rosi Rodríguez caminan en bloque. Pertenecen al club de lectura "Una habitación propia". "Hay todavía mucho que pelear por nosotras y por las que vengan detrás. Hay por ahí voces que quieren que retrocedamos en equidad y no lo vamos a consentir", señala Marisol Delgado en nombre del grupo. Sobre la ley de libertad sexual de Irene Montero opina que "hay mucho que trabajar en ella" pero que es "el comienzo". La ovetense Altea Garrido y la avilesina Araceli Menor van casi al final, donde más gritos se escuchan. "Es verdad que la ley tiene flecos, pero no queremos piropos, queremos respeto. Porque eso te puede pasar en un portal, en un ascensor...", analizan. Garrido, con peluca morada, se muestra "feliz", porque, dice, "cada vez somos más".

Entre los 15.000 asistentes -según los cálculos de la Policía Nacional- no parece haber psicosis por el coronavirus. Entre la multitud se ve alguna mascarilla con la frase "El virus es tu machismo" y pancartas que dicen "El machismo mata más que el coronavirus". La "columna" de la calle Víctor Chávarri parece un terremoto. Los tambores están llegando al punto de encuentro de las manifestantes: la plaza de la Escandelera. Yoana Díaz y su madre Yolanda Villa, de Colloto, están a escasos metros de la "meta". "Estoy aquí porque quiero que mi hija el día de mañana pueda llegar a casa borracha o como quiera y llegue bien", señala Díaz, junto a su pequeña Noa. La ovetense Pilar Castaño se unió también a la protesta porque opina que "hay muchas cosas por las que luchar, sobre todo, por que nuestras hijas tengan un futuro mejor".

Las pandereteras marcan el ritmo del 8M

Las pandereteras marcan el ritmo del 8M

Son las seis y cinco de la tarde y una explosión de euforia llena la Escandelera. Las tres marchas ya son una y el movimiento feminista iza su bandera, casi como si compitiera con la gran enseña de España puesta por el alcalde Canteli. Aplausos, silbidos, tambores, panderetas... Es el momento álgido. Todas se vienen arriba y corean: "Manolo, Manolín, fae la cena tu solín", "Vosotros machistas sois los terroristas", "Luego diréis que somos cinco o seis".

La calle San Francisco colapsa ante el avance de la marcha malva hasta la plaza de la Catedral. "Esto es muy guay, hay muy buen rollo", dice Elena Fondón, de La Felguera, que va con otras cinco amigas más y representando a la ONG Proyde.

Llega el final: la lectura del manifiesto feminista, el canto de "El violador eres tú" y un estruendo de aplausos. En total, tres horas de reivindicación.

8M: Así sonó "El violador eres tú" en la plaza de la catedral de Oviedo

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