Primero fueron las plantillas de las escuelas públicas de 0 a 3 años las que denunciaron trato "discriminatorio" respecto a las guarderías privadas y ahora son estas las que transmiten su indignación. Un total de 24 centros infantiles han firmado un manifiesto en el que remarcan que "los niños son los mismos" ante la decisión del Principado de cerrar las escuelas municipales hasta septiembre y permitir, por contra, la reapertura de las privadas. "¿Se cierran las escuelas públicas por motivos sanitarios pero se deja vía libre a las guarderías privadas? ¿La salud no debería protegerse por igual? ¿No entramos en un peligroso agravio comparativo entre las familias que llevan a sus hijos a los diferentes centros?", se preguntan sus responsables, que se ven como "conejillos de Indias".
El origen de la polémica está en el desigual criterio que aplica el Gobierno para la desescalada de los centros públicos y privados. Por un lado, la Consejería de Educación y los ayuntamientos acordaron que las escuelas de 0 a 3 años no retomasen su actividad hasta septiembre. Y por otro, la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar elaboró un protocolo para los jardines de infancia sociales -son cuatro-, pero al que se pueden adherir las guarderías privadas. No obstante, fuentes del equipo de Melania Álvarez aclaran que se trata solo de una recomendación y que los centros, al ser empresas privadas, pueden decidir libremente si abrir o mantener el cierre.
Son pocas las guarderías que ayer, con la entrada de la fase 3, recuperaron la "normalidad". La mayoría siguen cerradas y aseguran que las familias apoyan su decisión. El protocolo de la Consejería de Derechos Sociales afirma que es "inviable" tanto desde el punto de vista económico -"cada educadora debe tener cinco niños ¿Cómo pagamos a más trabajadoras?"- como afectivo -"no puede llegar un crío y no abrazarlo"-. En este sentido, medidas como el uso de mascarillas o respetar la distancia de seguridad de dos metros, coinciden todos los expertos, son imposibles de aplicar en esta etapa educativa. "Dejan a nuestros centros a los pies de los caballos, usándonos como conejillos de indias para comprobar qué pasaría si... Queremos retomar nuestra actividad, somos las primeras interesadas y nuestra economía no aguanta más. Las pérdidas y el endeudamiento van creciendo día a día. Pero volver así, no", critican los 24 centros que suscriben el manifiesto.
"Nos resistimos a ser foco de un rebrote por la imposibilidad de cumplir el protocolo propuesto y nos negamos a soportar en nuestras conciencias haber contribuido a la expansión del virus", agregan. Sus responsables reclaman que las ayudas se mantengan "al menos hasta septiembre". "Ahora mismo abrir supondría inversiones en equipamiento, medidas de desinfección, rescate de ERTE... Eso solo sumaría deudas en nuestros espacios. No es viable", rematan. Y hacen un último apunte: "Si cerramos definitivamente, ¿qué harán todas esas familias que necesitan conciliar?".
