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María Luisa Carcedo | Exministra de Sanidad, ponente de la ley de Eutanasia impulsada por el PSOE

"Con esta ley de Eutanasia no serán posibles presiones a las personas mayores"

“Los médicos podrán objetar, pero entre ellos el apoyo a la norma es como el de la población general, de un 80% o 90%”

María Luisa Carcedo es vitoreada a las puertas del Congreso | EFE

María Luisa Carcedo Roces (Santa Bárbara, San Martín del Rey Aurelio, 1953), exministra de Sanidad, ha sido la ponente de la ley de Eutanasia impulsada por el PSOE y aprobada anteayer jueves en el Congreso de los Diputados, con el apoyo de 198 de los 350 miembros de la Cámara. Licenciada en Medicina, después de una dilatada trayectoria política en Asturias y a nivel nacional, Carcedo se mostraba ayer “muy contenta” por la aprobación de una norma que califica de “muy garantista” y que podría entrar en vigor el próximo mes de marzo.

–¿Satisfecha?

Muy contenta. Pero no pararemos hasta que la mayoría en el Congreso refleje la mayoría social. Todas las encuestas coinciden en los mismos datos. Y me está pasando una cosa muy curiosa, a pesar de que llevo muchísimos años en política. En otras leyes o decisiones en las que he participado, puede haber mucha gente de acuerdo, pero siempre hay algún pero. Sin embargo, aquí no hay ningún pero. Todo el mundo que encuentro o que me escribe o que me manda referencias, todo el mundo está contentísimo con la ley. Es un buen indicador de la calidad humana de la sociedad española.

–¿Le enorgullece haber sido la ponente de esta ley de su partido?

–Sí, además la llevé muy de la mano. Es una ley compleja. En primer lugar, la ley debe ser coherente con lo que queremos hacer, con lo que queremos regular. Y cualquier desliz puede desencajar la norma. Pienso que ha quedado una ley muy ajustada, muy equilibrada y sobre todo con muchísimas garantías.

–¿En qué normas similares de otros países se han basado?

–Una regulación de este estilo la tienen cinco países: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia. Otros países europeos tienen otro tipo de regulaciones. Suiza, por ejemplo, tiene despenalizado el suicidio asistido. Otros tienen eutanasia pasiva...

–¿Novedades de la ley española?

–Por recomendación del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, hemos incorporado una verificación previa: una comisión de garantías que vela para que el proceso se haga correctamente. Es decir, que después de que el médico responsable verifica, vuelve a hablar con el paciente a los 15 días, tiene un médico consultor... después de todo ese proceso, dos miembros de la comisión de garantías se cercioran de que todo se hace conforme a lo regulado.

–¿Quién designa a esa comisión de garantías?

–La competencia es de los gobiernos autonómicos. Esa es otra cuestión en la que hemos querido ser muy cuidadosos para no invadir competencias.

–Mientras defendía esta ley en la tribuna del Congreso, ¿pensaba usted en alguna persona concreta?

–Lo que más se conoce son los casos mediáticos. Y cuando quieres poner un ejemplo de enfermedades graves o padecimientos imposibilitantes hablas de casos como el de Ramón Sampedro. Piensas en ese tipo de situaciones en las que una persona dice: “Yo ya no puedo más”. O en las demencias, que es lo que más me preocupa, como el caso de Maribel Tellaetxe. Ellos hicieron visible el problema. Las personas con demencias me angustian muchísimo porque pierdes todo control sobre tu vida. O los casos de ELA...

–Hay quien teme que personas mayores, cuya situación resulta gravosa para su entorno familiar, sean de alguna manera presionados a quitarse de en medio...

–Eso no es posible con esta ley. En ningún momento la ley menciona a personas mayores. Y quizá sea el colectivo menos afectado por lo que dice esta ley. Salvo que entre en las dos casuísticas. Por eso me enfadó mucho el informe del Comité de Bioética, que ponía el foco en los mayores. Esta no es una ley para viejos, sino una ley para la condición humana. La decisión es personalísima. Y luego están los médicos. El médico responsable tiene que coger la historia clínica y ver lo que hay. Ser viejo o tener una enfermedad crónica no es lo que está indicado en la ley. Eso no puede darse en modo alguno.

–Hablando de médicos: reclaman el derecho a la objeción de conciencia. Y los colegios de médicos piden que no se les involucre en estas acciones.

–Eso está claro en la ley. Lo mismo que decimos que hay que respetar las decisiones de la persona que pide la eutanasia, hay que respetar también los valores de los profesionales sanitarios. Lo que pasa es que las encuestas que han hecho los colegios de médicos dicen que el nivel de apoyo a la regulación de la eutanasia es similar al de la población general: entre el 80 y el 90 por ciento. Los médicos vivimos en el mundo, con el añadido de que estamos muy cerca del sufrimiento humano, y eso te hace muy sensible.

"Nadie va a practicar una eutanasia a un menor en España porque la ley no lo permite. Y si alguien lo hace está cometiendo un delito."

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–¿Teme que se queden orillados los cuidados paliativos?

–El Partido Popular utiliza esto para no apoyar la ley de eutanasia. Es un argumento exclusivamente dialéctico y, si se lo quitas, que yo se lo he quitado en todos los debates, se queda sin razones. Los cuidados paliativos están en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud desde 2006. Por lo tanto, son un derecho subjetivo de todos los ciudadanos españoles. Y si no aplica, habrá que meter más dinero en Sanidad, y no quitar 12.000 millones como el PP recortó en los años 2012 y 2013. Yo digo que una ley de cuidados paliativos no es necesaria, pero sí conveniente. Y si el PP tiene interés no habría votado en contra de las tres leyes que pasaron por el Cortes. En segundo lugar, dice muy poco en favor de los cuidados paliativos lo que el PP hizo en el Hospital Severo Ochoa de Leganés. Le hicieron pasar un calvario y reventaron ese hospital. Lo que pasó en ese hospital es de delito cuando lo único que hacían era practicar cuidados paliativos.

–En Bélgica y Holanda, la ley de eutanasia empezó de una manera restrictiva y ha ido deslizándose a recién nacidos, jóvenes, adolescentes...

–No, no. Las leyes se cumplen. Y, si no, está el Ministerio Fiscal, las reclamaciones ante el sistema judicial... En un Estado de derecho no vale decir que hay leyes y luego se deslizan. Nadie va a practicar una eutanasia a un menor en España porque la ley no lo permite. Y si alguien lo hace está cometiendo un delito. No va a haber ningún médico que se preste a eso. Son historias de gente extremadísimamente ignorante.

–¿Esas leyes europeas le rechinan?

–No es que me rechinen. Es que en las democracias se cumplen los contenidos de las leyes.

–Un segundo recelo. En Holanda se estima que hay aproximadamente un 10 por ciento de eutanasias que nadie ha pedido. La decisión no la toma el enfermo...

–Tampoco es posible. Pasa como lo de Vox con las denuncias falsas de violencia de género. Eso no es posible.

–Alguna sí que hay. Acaba de dictarse una condena en Asturias.

–Pero mínimas. ¿Alguien cree que un profesional médico va a arriesgarse a ir a la cárcel por realizar una eutanasia que no cumpla rigurosamente la ley? Es imposible. Y ya he dicho que, para mayor tranquilidad de quien pueda tener esa sospecha, nosotros introdujimos, de forma pionera, la verificación previa.

–¿Cómo serán sus comidas de esta Navidad?

–Seguramente solo estaremos mi marido, mi hijo y yo. Tres o cuatro. Confinada en casa. Esto lo seguimos con muchísimo rigor.

Vitoreada a las puertas del Congreso

La ponente de la ley de Eutanasia, María Luisa Carcedo, fue vitoreada tras la aprobación de la norma por los participantes en una movilización de la asociación Derecho a Morir Dignamente, a las puertas de la Cámara Baja (en la foto). Además, Carcedo destaca que ha recibido numerosos mensajes de apoyo. A su juicio, estas expresiones de respaldo constituyen “un buen indicador de la calidad humana de la sociedad española”.

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