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El pastoreo y la rotación de cultivos, un plus para percibir ayudas europeas

Los nuevos “ecoesquemas” incluidos en la PAC primarán la ganadería extensiva, la fórmula tradicional de cría de reses en Asturias

Varias vacas de la raza asturiana de la montaña. EVA SAN ROMÁN

El pastoreo y la cría extensiva de ganado (métodos que se emplean en Asturias desde tiempos inmemoriales) serán dos de los grandes pilares de los “ecoesquemas”, los nuevos requisitos que, en virtud de la reforma de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), que comenzará a ser efectiva en 2023, deberán cumplir los agricultores y ganaderos para percibir ayudas extras.

Luis Planas presentó a Asturias y al resto de las regiones una lista con nueve puntos que en muchos aspectos parece estar hecha a la medida de las prácticas agrarias tradicionales. El listado ha sido actualizado a partir de la última información facilitada por la Comisión Europea y definido con un mayor grado de detalle.

La relación, abierta al análisis y debate con las regiones, que se cerrará en la conferencia sectorial monográfica que se celebrará en primavera sobre el modelo de aplicación de la Política Agraria Común (PAC), incluye un total de nueve ecoesquemas que pueden diferenciarse entre aquellos cuyo importe puede ser calculado como incentivo y aquellos cuyo importe debe ser calculado como compensación.

Los ecoesquemas son una de las principales novedades de la PAC que se empezará a aplicar en 2023. Cada Estado miembro debe incluir en su plan estratégico un catálogo de prácticas voluntarias encaminadas a incrementar la sostenibilidad de las explotaciones en aspectos tan importantes como la protección de los suelos, el incremento de su capacidad como sumidero de carbono, la preservación de la biodiversidad o la reducción de emisiones.

Según el acuerdo del Consejo de Ministros de la UE de octubre de 2020, los estados miembros deben destinar al menos el 20% de los pagos directos a esta finalidad.

En la propuesta presentada por Agricultura a las comunidades figuran la mejora de la sostenibilidad de los pastos, el aumento de la capacidad de sumidero de carbono y la prevención de incendios mediante el impulso del pastoreo extensivo.

Otro de los puntos que entroncan directamente con las prácticas ancestrales asturianas es el relativo al manejo apropiado de los pastos, para el que se recomienda segar los prados y dejar las márgenes, algo que cuadra con el típico paisaje rural asturiano, con bordes cubiertos de hierba que, a su vez, protegen las fincas.

También figuran prácticas para la mejora del carbono orgánico y la calidad y la fertilidad del suelo en tierra arable, como el fomento de la rotación de cultivos con especies mejoradas, la agricultura de precisión con un plan de gestión de nutrientes o las prácticas alternativas a la quema al aire libre de restos de cosecha y poda.

En el repertorio propuesto están las prácticas para la mejora de la conservación del suelo mediante cubiertas vegetales vivas en cultivos leñosos, las prácticas para prevenir la erosión del suelo y mejorar su contenido en carbono y materia orgánica y para la mejora de la biodiversidad.

La lista de ecoesquemas que finalmente se establezca entrará en vigor con la nueva PAC a partir de 2023. Previamente se realizará el desarrollo normativo, así como todas las labores de formación e información durante 2021 para que agricultores y ganaderos puedan acceder más fácilmente a estos ecoesquemas.

Islas de biodiversidad

Otra de las grandes novedades dentro de la “obsesión” por la mejora de la biodiversidad será precisamente la creación de “islas de biodiversidad”, que serán, básicamente, zonas en las que se alternarán terrenos no cosechados con parcelas de cultivos, un aspecto que también va relacionado con el esquema de casería asturiana, en el que los sembrados siempre se han combinado con áreas de pradera o terrenos en barbecho.

Los ecoesquemas conformarán la base de la llamada “nueva arquitectura verde de la PAC”, con un modelo ambicioso que pretende ir más allá del “pago verde” actual. En definitiva, se trata de una forma de introducir incentivos en la nueva arquitectura medioambiental, de manera que los agricultores que deseen profundizar en sus prácticas agrícolas desde el punto de vista medioambiental reciban mayores apoyos. El reto es encontrar el equilibrio entre las medidas medioambientales y las prácticas agrarias.

La lista más “eco”

  • Mejorar la sostenibilidad de los pastos con pastoreo. Prevé incrementar el pastoreo extensivo y la sostenibilidad de los espacios.
  • Segar prados y dejar las márgenes sin segar. Es el modelo de cuidado del territorio de los campesinos asturianos desde tiempos inmemoriales.
  • Mejorar en carbono orgánico. Incrementar la fertilidad de los suelos a través de la rotación de cultivos.   
  • Aplicar agricultura de precisión. Estas prácticas irán ligadas a un plan de gestión de nutrientes para el suelo.
  • Prácticas alternativas a la quema al aire libre. Se promoverán las cubiertas vegetales inertes, así como   las prácticas para prevenir la erosión, como la agricultura de conservación y la siembra directa. 

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