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La opinión de una médica de atención primaria: "Atender solo a 43 pacientes al día es inviable: serán 50 o 55"

Al Consejero le falta aclarar si los pacientes decidirán también cuándo los ve el especialista

Hace un año nos aplaudían y para nuestros dirigentes políticos la atención primaria era la base del sistema sanitario, el pilar que había que reforzar y cuidar.

Un año después, cuando muchos compañeros han quedado en el camino como consecuencia del covid y la mayoría con la salud mental resquebrajada por el sobreesfuerzo que todos los profesionales de la atención primaria hemos realizado para lograr la mejor atención hacia nuestros pacientes en unas circunstancias nuevas y adversas para todos, parece ser que hemos pasado a ser los villanos.

Los usuarios del sistema “se sienten abandonados”, porque ya no pueden decidir cuándo y dónde acudir a las consultas. Hay que recordar algo: los recursos humanos de atención primaria son limitados, por lo tanto, deberemos gestionarlos de la forma más eficaz para lograr una adecuada asistencia, y pese a la opinión extendida entre la ciudadanía, hemos visto pacientes presenciales durante toda la pandemia en los centros y en sus domicilios, tanto en las consultas de mañana como en los puntos de atención continuada durante las 24 horas del día, todos los días del año.

Nos parecen ofensivas y degradantes hacia los médicos de atención primaria las recientes declaraciones del consejero: ”El paciente decidirá si su medico de cabecera tiene que verlo o basta con la atención telefónica”, como si fuéramos un supermercado al que acudir a comprar cuando uno quiera, sin criterio ni opinión al respecto de la decisión sobre la consulta. Como si los facultativos fuéramos meros expendedores de recetas, sin criterio clínico para valorar las necesidades del paciente y actuar en consecuencia.

Esto unido a que dos días antes nos notifican la implantación de una nueva agenda de trabajo, (entendible únicamente para quien la formalizó), con un límite de 43 actos, incluidas urgencias (ahora llamados actos no demorables) y domicilios. Todos sabemos que esto es en la realidad inviable, las urgencias pueden ser infinitas y las 43 consultas convertirse al final de que mañana entre 50-55.

Por tanto, señor Consejero, se le olvidó explicar a los usuarios que serán ellos quienes decidirán la necesidad de que su médico los vea presencialmente, pero no cuando podrá tener lugar la consulta, porque con el verano a las puertas y la no cobertura de las ausencias igual los vemos dentro de una o dos semanas...

Tampoco les explica que tendrán que esperar fuera de los centros, porque claro, aun estamos en pandemia y no podemos tener las salas de espera llenas de personas, que además son más sensibles al virus por sus patologías crónicas (recordemos que la vacuna no es impedimento para un contagio y que además no ha sido obligatoria, por lo que siempre hay que contar con pacientes no inmunizados, lo cual limita los aforos dentro de los centros de salud).

También se le olvidó hablar de las interminables listas de espera para que un paciente sea visto en el segundo nivel asistencial (consultas preferentes para algunas especialidades hospitalarias de nueve meses o un año).

Y, por cierto, señor Consejero: ¿Decidirán también los pacientes cuando debe verlos un especialista del segundo nivel? ¿Y decidirán también los pacientes que pruebas diagnósticas quieren realizar? ¿Y cuándo abrir los puntos de atención continuada, aunque no haya personal para cubrirlos?... Señor Consejero: hay muchas preguntas y muy pocas respuestas.

Con estas cifras y este planteamiento de la atención primaria es imposible dar una asistencia de calidad. Así que parece ser que a nuestros políticos solo les interesa la cantidad y la complacencia hacia los usuarios del sistema y muy poco o nada la opinión de los profesionales y su estado de salud, porque no somos maquinas, y cada decisión que tomamos puede llevar a errores que pueden poner en peligro la salud de nuestros pacientes.

Por todo esto, y mucho más que habría que hablar, dignifiquemos de una vez por todas la atención primaria. Basta ya de dejarnos llevar por decisiones más políticas que sanitarias, basta ya de ser la cenicienta del sistema sanitario.

Se avecina un verano muy caliente y tormentoso en atención primaria.

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