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Mateo, el ovetense de 5 años que toca la pandereta como “Tanxugueiras”

El pequeño se ha hecho famoso por imitar a la perfección al trío gallego del Benidorm Fest, que él descubrió mucho antes: “Lo flipa con ellas”

Un niño ovetense de cinco años se vuelve viral imitando la actuación de Tanxugueiras en el Benidorm Fest

Un niño ovetense de cinco años se vuelve viral imitando la actuación de Tanxugueiras en el Benidorm Fest VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Fernando Rodríguez

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Un niño ovetense de cinco años se vuelve viral imitando la actuación de Tanxugueiras en el Benidorm Fest Amor Domínguez / Marta Clavero

Dicen que los niños nacen con un pan debajo del brazo, pero en el caso de Mateo Moro fue una pandereta. El pequeño ovetense, que ahora tiene 5 años, pertenece a una familia muy aficionada al folclore, una pasión que siempre inculcaron a su hijo. “Su padre y yo bailamos en la Asociación de Baile y Danza Tradicional ‘Filandón’ y él lo mamó desde que nació. Se empapó de esa música y de sus instrumentos; de hecho toca la pandereta bastante mejor que yo”, confiesa a LA NUEVA ESPAÑA Elena Alonso, madre del pequeño.

Tanta es la devoción que siente Mateo por este tipo de música, que “busca vídeos en Youtube de artistas como Xabier Díaz (músico gallego, virtuoso de la pandereta) o Eva Tejedor (reconocida panderetera asturiana y maestra de percusión tradicional) e incluso de Carlos Núñez”, asegura su madre, que, en ocasiones, le dice: “Hijo mío, ¿no te gustaría escuchar a Camilo?”. Y él le responde: “No, no... prefiero esto”.

Y en esa búsqueda de voces y ritmos tradicionales de pandereta, aparecieron, en su universo musical, las “Tanxugueiras”. “Estábamos los dos escuchando música en Youtube y de repente vimos un vídeo de ellas. Y desde ese día, ya te imaginas: el vídeo puesto en bucle. Pero eso fue antes de todo este boom”, aclara Elena, que se enteró de la presencia del trío gallego en el Benidorm Fest por su marido, Florencio Moro. “¿Tú sabes que estas chicas que ve Mateo se van a presentar a Eurovisión?”, le comentó hace un tiempo al volver del trabajo. Enseguida lo pusieron en conocimiento del pequeño, y desde ese día, a tope con “Tanxugueiras”. “¡Mamá, ponme Terra!, ¡mamá, ponme Terra!... Era un no parar”, recuerda.

Y llegó el certamen. Tanto en semifinales como en la final, la familia votó por las gallegas para que lograran ir a Eurovisión. El sábado, cuando todo se decidía, Mateo quería verlas a toda costa, “y como era sábado y actuaban de segundas, le dejé que se quedara. Y claro, flipó él y flipamos nosotros. Fue maravilloso”. El pequeño se acostó sin saber el desenlace de la final, y fue lo primero que preguntó nada más despertarse el domingo. “¿Ganaron?, me dijo, y en cuanto le di la noticia: “¡Jooo, mami!”.

Para mitigar ese enfado, Elena le convenció de que “ellas están muy contentas y muy agradecidas. Además, saben que las estuvimos apoyando y que las votamos. Tú tranquilo, Mateo, lo importante es participar, y a ellas ya las conoce todo el mundo. No pasa nada porque no hayan ganado”.

“Tanxugueiras”.

Más calmado, dedicó la mañana de ese domingo a ver la actuación una y otra vez. “Me pidió que le pusiera el vídeo de la final, no sé cuántas veces lo escuchó. De repente me fijo en una de las veces que se pone a imitarlas, con la pandereta, y hace los mismos gestos. Entonces me dice: ‘tengo que aprender la parte de la muiñeira’”, recuerda entre risas la madre.

Esta no se resistió a registrar en vídeo su gran actuación, para después compartirlo en redes sociales. El pequeño Mateo, con micro y pandereta en mano, firma una performance en el salón de su casa a la que no le falta detalle, no solo en ejecución vocal y en coreografía. Y es que “¡hasta le pidió a su padre que le pusiera un alambre en el pie de micro para colgar la pandereta!”, matiza la mamá, llena de orgullo. “Lo hizo genial, pero bueno, qué voy a decir yo, que soy su madre”.

Mateo se sabe de memoria cada acorde de Terra y no entiende la dificultad que muchos tienen a la hora de pronunciar su nombre. “Yo digo ‘Tanxugueiras’ sin problema”, asegura. Su locura por el grupo gallego no le impide ser crítico con su actuación en directo. “El grito que dan en la canción se oía bajito al principio porque en el vídeo es una pasada”, explica emocionado. “Además de Terra también me gustaba mucho Rigoberta y otra canción que se llamaba Rafaella, pero no me las sé enteras”, lamenta mientras entona el estribillo de los dos temas.

Ahora la familia de este pequeño “eurofán” espera que su historia llegue de alguna manera a oídos de “Tanxugueiras”. “Sería la bomba que ellas pudieran hablar con él, o mandarle un vídeo o un mensaje; de verdad que fliparía, alucinaría... No me lo quiero ni imaginar”, confiesa ilusionada su madre.

La vida de Mateo gira en torno a la música, pero él tiene claro que de mayor va a ser bombero. Mientras llega ese momento, la pandereta y su pequeño micrófono de juguete se han convertido en los instrumentos con los que hace volar su imaginación sin salir del salón de casa.

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