Los aficionados a la música culta, y en particular los músicos noveles y los que se encuentran en proceso de aprendizaje, tardarán en olvidar el paso del violonchelista Yo-Yo Ma por Avilés. El prestigioso instrumentista desplegó en su primera intervención pública, el jueves en el Palacio Valdés, toda su cordialidad y un gran sentido del humor para hacer llegar al auditorio sus pensamientos acerca de para qué debe servir la música. Un día más tarde puso en práctica sus comentarios durante un apoteósico concierto en el mismo escenario. Y al final de la velada contentó a la treintena de admiradores que le esperaban con la esperanza de obtener un autógrafo y saludar al maestro, a lo que este accedió gustoso.