Tres profesionales del Hospital San Agustín vinculadas al servicio de cirugía decidieron dar rienda suelta a sus dotes culinarias disfrutando frente al Cantábrico de un plato cannábico. Pero la cantidad de marihuana con la que supuestamente condimentaron el manjar se les fue de las manos. Así, pues, lo que empezó como una diversión gastronómica -el cannabis se utiliza en la cocina- finalizó como una aventura psicodélica y de riesgo en la playa de Oleiros, en Cudillero. Una de las profesionales sanitarias se sintió indispuesta, con síntomas de taquicardia, tras el consumo de la «tortilla de yerba» y fue precisa la intervención del helicóptero del 112 Asturias pasadas las ocho de la tarde del jueves, según ha podido saber este diario. El personal sanitario trasladó entonces a la mujer a una playa próxima, donde recibió atención médica, según los mismos informantes. La playa de Oleiros, de apenas setecientos metros de longitud y con difícil acceso, carece de servicio de salvamento.

Tras recibir los cuidados médicos pertinentes, la afectada por presunto consumo excesivo de marihuana no precisó ser trasladada al complejo sanitario para el que trabaja. Pese a todo, la intoxicación cannábica fue la «comidilla» de ayer en el Hospital San Agustín. Algunos profesionales sanitarios se mostraron extrañados por el consumo desproporcionado de marihuana -se desconoce la cantidad ingerida- por parte de su colega.

La diferencia entre ingerir y fumar «maría» radica, principalmente, en el grado y tiempo en el que se produce su nocividad. En algunos casos, los consumidores pueden experimentar reacciones agudas de pánico, caracterizadas por ansiedad, paranoia, timidez, pérdida del autocontrol, pensamientos atropellados y desorientación. La marihuana se utiliza terapéuticamente, pero es ilegal. Aún así cada vez es más habitual su consumo, especialmente en platos elaborados: pasteles, tortillas, galletas... De ahí que en los libros de recetas se aconseje precaución e iniciar el consumo de platos cannábicos en dosis pequeñas.