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La Alcaldesa liga la expansión del parque tecnológico al final de baterías de coque

Mariví Monteserín advierte a la multinacional Arcelor-Mittal que tendrá que cumplir la normativa medioambiental "mientras sus instalaciones sigan operando"

Las baterías de coque de Avilés, en plena producción. IRMA COLLÍN

"Las expectativas de crecimiento del parque tecnólogico de Avilés pasa por las instalaciones de baterías de coque", aseguró ayer la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, en relación a una información publicada por LA NUEVA ESPAÑA que desveló que la multinacional Arcelor-Mittal no prevé acometer inversiones más allá de las obligadas por mantenimiento en la coquería de Avilés. Un portavoz de la compañía aseguró de hecho que "no está previsto que las baterías del concejo continúen activas más allá de 2019". Pese a esto, nadie quiere pronunciar de momento la palabra "cierre". Aunque ya sobrevuela las instalaciones fabriles, envueltas a menudo por protagonizar episodios contaminantes. En este sentido, Monteserín añadió. "Lo primero que tengo que decir es que la empresa, en todo caso, está obligada a cumplir con la normativa medioambiental mientras mantenga sus operaciones y me consta que posee todos los permisos que obliga el Principado", apostilló la Regidora avilesina.

Las baterías de coque son una instalación preeminente en el desarrollo industrial de la comarca desde hace seis décadas. Desde 1956 destilan carbón con el fin de alimentar los hornos altos de la gran siderúrgia -primero los de Avilés y, desde mediados de la década de los noventa, únicamente los de Gijón-. Según apuntó la Alcaldesa, el suelo en el que desarrolla su actividad es continuación natural del parque tecnológico de la ciudad, el que se está gestando en torno a las empresas tecnológicas que elevan el porvenir de una comarca ligado hasta ahora únicamente a la producción y, desde hace años, al desarrollo tecnológico de un sector de primera envergadura.

La alcaldesa de Avilés explicó: "Iniciamos un nuevo recorrido ahora, pero tenemos que caminar con calma y tranquilidad porque tenemos que hablar con la Sociedad Española de Participaciones Industriales, que es la propietaria del suelo. Pero no sólo con ellos, también con la propia Arcelor, pero también con el Principado". Las baterías de coque son la única instalación que sobrevivió al terremoto de la reconversión de la década de los noventa; principalmente porque de ellas sale el combustible que permite el funcionamiento de las dos fábricas que Arcelor-Mittal mantiene en Asturias. Es cierto, sin embargo, que en los años más crudos de la crisis que arrancó en 2008, se dejaron en "stand by" las instalaciones debido a la fuerte bajada de producción registrada en la fábrica.

La situación ha cambiado desde hace unos meses, cuando la multinacional ordenó la restauración de las baterías gijonesas, que habían sido apagadas en 2013. Las de Gijón eran herencia de la antigua Uninsa y su poderío no rozaba las de Avilés. Mientras tanto, siguen destilando carbón las avilesinas y lo hacen a costa de obras millonarias para poder seguir operativas. Lo que sucede es que, a partir de 2019, todo se vuelven interrogantes. Los sindicatos desechan la posibilidad de la clausura porque hay un millar de personas pendientes de producir coque. Por otro lado, los ecologistas llevan denunciando la coquería como foco inductor de polución. Y a esto se añade ahora el proyecto del parque tecnológico de Avilés, el que parte de la Manzana del Acero y pretende reordenar la economía de la comarca en el futuro.

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