Ni por asomo se podía imaginar Juan Bautista Gutiérrez, natural de Grado y vecino de Avilés, que iba a asistir un parto cuádruple. Una de sus últimas adquisiciones, la cabra "Castrona", parió el pasado miércoles cuatro crías, todas machos. "No me podía imaginar que traería tantos, no es habitual que una cabra de monte tenga más de dos animales. Es de la raza mantrina", explica Gutiérrez en su finca de San Cristóbal, en la que pastan cabras, ovejas y "pitus de caleya, de los auténticos".
Este ganadero "por hobbie" compró a "Castrona" ya preñada. "Sabía quién era el padre, yo busco la mejor calidad y la compré por las crías. Es de la zona del Oriente, como ella, que es del concejo de Onís", prosigue. Gutiérrez presume orgulloso del parto cuádruple de su animal, aunque "Castrona" no ha llegado a superar en número de crías a la cabra "Xara", que alumbró hace dos años en Benia de Onís cinco cabritos.
"Alfonso", "Andros", "Dominicano" y "Camburero", los cuatro cabritos recién paridos, balaban y daban ayer sus primeros pasos por la finca avilesina. "Había visto otras cabras con mucha barriga, pero parieron dos crías como mucho. Los dos primeros vinieron bien y después vi que la cabra hacía una maniobra extraña. Así que metí la mano y salió el tercero, que venía de culo. A los diez minutos me encontré con el cuarto", explica.
Según este avilesino, "que una cabra de monte, de pasto, para cuatro crías es inusual, algo rarísimo". Gutiérrez intenta que "Alfonso", "Andros", "Dominicano" y "Camburero" no mamen en exceso de su madre. "Cuando pare una cabra y trae mucha leche la saco para otros animales o para las gallinas, mezclada con pan. Aquí todo lo que comen los animales es natural. Cuando llega el momento, además, quito los cabritos a su madre para ordeñarla y hacer queso. Maman de 'Castrona' solo por la mañana y por la noche, porque si no me acaban con la cabra", continúa tras dar el biberón a los pequeños castrones.
Juan Bautista Gutiérrez está retirado del sector de montajes por enfermedad y hace cuatro años puso en marcha su granja porque los animales son para él, dice, "la mejor medicina". "Empecé con mucha ilusión y participo en concursos y exposiciones. Empiezo en la feria de San Isidro de Castrillón y sigo por Siero, Bevanente, País Vasco... Tengo dos machos de Bobia de Abajo y uno de ellos ha quedado tercero en la categoría de menos de tres años en varias ediciones del concurso de Carreña de Cabrales", presume el ganadero, dueño de golpe de cuatro castrones.
