Los parabrisas que montan cinco modelos de coches de las marcas Seat, Volkswagen, Citroën y Opel y que deberían de fabricarse en la factoría de Saint-Gobain en Avilés, donde fueron desarrollados y donde se hicieron los prototipos, han acabado siendo producidos en otras plantas de la multinacional francesa, entre ellas la que ha abierto en Kenitra (Marruecos) para beneficiarse de los bajos costes de producción de ese país africano. Esa fuga de capacidad de producción a otros centros podría agravarse más aún en 2017 si se confirma el temor a perder la producción de los parabrisas que usan otros dos modelos de vehículos de las marcas Opel y Renault.

Esta es la queja que expresa en un informe al que ha tenido acceso este diario el sindicato CC OO, mayoritario en la vidriera de La Maruca; para la central, en línea con lo que también piensa la UGT, el trasvase de producción de parabrisas a otras fábricas "hipoteca el futuro de la factoría de Avilés", que desde 2011 está viendo cómo la dirección de la compañía recorta sistemáticamente su producción todos los años.

"El año 2011 fue el último que nos aproximamos a la cifra ideal de dos millones de parabrisas fabricados; entonces fueron 1.933.000 unidades y para 2017 la previsión es de 1.350.000 unidades. Estos números hablan por sí solos y lo que indican nos llena de incertidumbre", comenta José Francisco Mantilla, de CC OO.

La paulatina descarga de trabajo en el departamento de Sekurit de la antigua fábrica avilesina de Cristalería Española -en un momento, además, en que repunta la fabricación de automóviles en España- y la falta de noticias sobre un plan de inversiones que modernice las instalaciones es lo que tiene a la plantilla (unos 400 trabajadores) con el corazón en un puño y la coyuntura que, a buen seguro, condicionará la inminente negociación del convenio colectivo. Precisamente ayer quedó constituida la mesa negociadora y los sindicatos se han citado para tratar de consensuar en la primera semana de febrero la plataforma reivindicativa. "Va a ser una negociación durísima", advierte Mantilla.