Las industrias del sector químico harán las maletas si "la soga" que suponen las leyes ambientales continúa apretando como lo está haciendo en este momento. Esta idea es la que transmitió ayer en el chalé de La Granda Jesús Alberto González Martínez, el director de la planta de Trasona de la multinacional Fertiberia, una de las fábricas de fertilizantes más importantes del país y, además, y desde su punto de vista, una de las más comprometidas con el medio ambiente.

Fruto de ese compromiso es el trabajo llevado a cabo para reducir un 92 por ciento las emisiones de óxido nitroso de las plantas con fertilizantes y también la puesta en marcha de una planta de sales amoniacales que "minimizan en un 75 por ciento las emisiones de gases nitrosos de las cementeras y las centrales térmicas", aseguró. Estos dos productos se utilizan ya, de hecho, en las fábricas de Aboño y Soto.

Las palabras del responsable en Asturias de Fertiberia se produjeron en el marco del seminario "Apuntes sobre historia y perspectivas de la industria química y de procesos de Asturias", que ayer se despidió en el chalé de La Granda, un día después de que el Principado aprobase los planes de calidad del aire de Avilés, Gijón y Trubia. Según anunciaron fuentes del Ejecutivo, las medidas a adoptar suponen una inversión de 25,4 millones. El Principado sólo pone uno y el resto corre de la cuenta de las empresas. "Siempre hemos dicho que las industrias tienen que ser sostenibles y sostenidas, pero todo tiene un límite: llega un punto a partir del cual la industria ya no es sostenible. Si la exigencia es mucho mayor de lo que puedes, pues tienes que coger e irte a otros países", aseguró González Martínez.

"La soga aprieta cada vez más", insistió González Martínez, que declinó, sin embargo, dirigir sus críticas de manera directa al Principado. "A base de tecnología propia, de esfuerzos propios, de ir dándole vueltas a los procesos hemos ido limando los defectos. Bien es verdad que toda la industria química tiene un peaje y en un momento determinado puedes tener una incidencia, como puede tener cualquier otra industria. Lo que hay que hacer es minimizar ese riesgo. En la planta de ácido nítrico, antes teníamos dos o tres paradas al mes y ahorahacemos una parada cada tres o cuatro meses", explicó el director de Fertiberia. "Todas las autorizaciones ambientales son revisables en cualquier momento. Antes había una revisión y servía para cada cuatro años. Ahora las están revisando todas", recalcó.

El catedrático de Tecnología de Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo, Herminio Sastre, reconoció que "el sector químico dice que la legislación impide, de alguna forma, un desarrollo mucho mayor, pero yo creo que la legislación se aplica para dar sostenibilidad a los procesos químicos y al medio ambiente, para adecuar nuestro modo de vida a un futuro desarrollo", apuntó quien fue Consejero de Educación del Principado.

Bajo esta pretensión -adecuar el modo de vida al presente- la multinacional Fertiberia ha puesto en marcha varios proyectos químicos destinados a disminuir, precisamente, la incidencia de las emisiones químicas al aire. "Hemos reducido las emisiones de óxido nitroso con una 'joint venture' con fondos europeos. Con este proceso hemos tenido un reconocimiento a nivel europeo muy importante", comentó González Martínez. "El otro proyecto que pusimos en funcionamiento fue el de solución amoniacal, que es un producto destinado a que cementeras y térmicas con mucha demanda", concluyó.