La Folleca quiere respirar. Sus vecinos denuncian que el polvo procedente de una cantera situada en la zona les impide llevar una vida normal. "Estamos respirando polvo todos los días, lo sufrimos nosotros y también los vecinos de Raíces", señaló ayer Miguel Usabiaga, uno de los más de cuarenta residentes que se manifestaron ante la puerta de esta cantera. "No puede ser que puedan hacer lo que les dé la gana mientras nosotros tenemos que tragar con todo", añadió. Los manifestantes portaron una pancarta con un lema claro: "Respeto". "Antes solo un vecino denunciaba esta situación -Enrique Fernández Castro- con escritos a Medio Ambiente y Minas, pero ahora no está solo, estamos todos", destacó Javier Fernández-Font.

Los residentes afectados aseguraron que no van contra nadie ni pretenden "cerrar nada -en referencia a la cantera-" sino que no quieren verse perjudicados "ni sufrir las consecuencias del indebido comportamiento de la cantera a la hora de manipular los áridos". "Los camiones basculan desde una gran altura", indicó Javier Fernández-Font. Los afectados critican además que las "tremendas" pilas de arena llegan a tener una altura superior a un edificio de cinco pisos y apuntan: "Son completamente ilegales y carecen de las medidas mínimas exigidas por la ley". Los residentes en La Folleca, en el límite entre Avilés y Castrillón, se consuelan cuando llueve porque el agua, dicen, es lo único que impide la proliferación del polvo en el pueblo.

En la manifestación había vecinos de La Fuente, del camino del Picalón y de la avenida de Lugo. Por contra, alguna voz echó de menos a los de Raíces. "No se les avisó, si no hubieran venido también", apuntaron otros, cansados del polvo y metiendo ruido con sus silbatos de llamativos colores.

El colectivo vecinal que salió ayer a la calle confía en que la empresa y las administraciones "cumplan". "Tenemos fe en que nuestra acción sea la última y se lleven a cabo las medidas correctoras, pero si no es así, hoy no será la última vez", advirtieron los manifestantes que, por un momento, impidieron el acceso de los camiones al interior de la explotación.

"Viva el progreso... para los de siempre", señaló de manera irónica Miguel Usabiaga, que sus convecinos desea una pronta solución y que el polvo de la cantera "no llegue más hasta los pulmones de los vecinos".