Myriam MANCISIDOR
El Hospital San Agustín es "cuarentón", pero la plantilla cada vez está más rejuvenecida desde que el centro se hizo universitario. Solo este año, el complejo cuenta con 327 alumnos de Educación Superior, de los cuales 203 son de cursos de pregrado (antes de acabar la carrera) y más de medio centenar están preparando el doctorado. Igualmente es llamativo el número de residentes: 73, de los que 61 son de medicina y el resto, de enfermería, que van del R1 (profesionales sanitarios sin experiencia, pero dispuestos a exprimir al máximo sus años en el centro para aprender cómo es realmente eso de ejercer cara a cara con el paciente) al R5, los residentes más veteranos que este año finalizarán su formación.
El área docente de pregrado, la más numerosa en cuanto al número de alumnos, acoge las prácticas de enfermería (93 personas) y las de otras titulaciones vinculadas a las ciencias de la salud, como fisioterapia, auxiliar de enfermería, técnico de anatomía patológica, técnico superior de radioterapia, biología e, incluso, administración. En los cursos de posgrado (profesionales que están realizando generalmente doctorados o másteres) participan 51 personas, de los cuales dos son de medicina, 19 de enfermería, seis TER (técnico en radioterapia)...
Pero si algo da realmente vida universitaria al Hospital Universitario San Agustín son los residentes. El número de MIR se renueva cada año con los R1, 21 profesionales sanitarios dispuestos a aprender a marchas forzadas. La elección de especialidad y residencia es siempre peliaguda. Porque los MIR, dependiendo de la especialidad, tendrán que mantenerse en el programa durante los próximos años. Y empezarán fuerte.
En el San Agustín hay residentes a día de hoy de bioquímica, farmacia hospitalaria, medicina interna, digestivo, neumología, traumatología, psiquiatría, psicología, prevención y, sobre todo, de medicina familiar y comunitaria. Los residentes de enfermería, a su vez, se dividen en dos especialidades: enfermería familiar y de salud mental. Todos coinciden en que el complejo sanitario avilesino se sienten cómodos. Tal vez por eso llaman siempre al hospital "casa".
E igual que llegan, se van. El pasado mes de mayo, la gerencia del Hospital Universitario San Agustín, que lidera Enrique González, despidió a 19 profesionales de diferentes ramas que, una vez finalizada la residencia, pasaron a la bolsa de empleo. Todos y cada uno de los MIR que entonces se despidieron del Hospital y los centros de salud que componen el área sanitaria tuvieron palabras amables para sus tutores y la dirección. Aseguraron haberse formado como médicos en un "ambiente familiar que favorece el aprendizaje". Y con ellos siempre el jefe de estudios, Jesús Allende, que agrade a los residentes su implicación y dedicación a unos profesionales que cuando dejan de ser MIR se enfrentan al mundo real de quirófanos, guardias, urgencias y consultas sin tutorizar.
La conversión del San Agustín en hospital universitario en abril de 2016 elevó la exigencia profesional. Así lo dijo la entonces gerente, Begoña Martínez Argüelles. Tras recibir la etiqueta que hasta entonces solo tenía el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, el complejo avilesino recibió 160 alumnos de distintas disciplinas sanitarias que comenzaron la transformación de los pasillos del San Agustín en un apéndice de la Universidad de Oviedo. Ahora son 327 los profesionales que ahondan sus conocimientos en el centro de Camino de Heros. Esta es una de las consecuencias de elevar la categoría del Hospital a universitario, y en el complejo sanitario todos parecen satisfechos, trabajadores y estudiantes.
