- ¿Se ha sentido respaldado en todo momento por el gobierno local del PSOE?

-Siempre me he sentido apoyado. Especialmente por la concejala Yolanda Alonso. Y también la Alcaldesa me ha expresado su respaldo muchísimas veces. Quiero resaltar además que la anterior Corporación municipal, la de 2015 a 2019, fue muy leal en su apoyo al Conservatorio. Algunos grupos tenían sus dudas, pero todos apoyaron. Había un pacto no escrito para no agredir al Conservatorio. Me duele que ahora sea un arma política.

- Los jueces sí que avalaron hace meses el concurso que ganó para ser director. ¿Eso le refuerza?

-Es importante recalcar esa idea. A día de hoy, sigo escuchando de vez en cuando que soy un director puesto a dedo. Falso totalmente. Soy un director que ha ganado un concurso, que ha sido avalado por los jueces. El proceso fue limpio, pero la gente se queda ahora con la anulación de la comisión de servicios. La sentencia de ahora dice que no puedo estar nombrado en comisión de servicios, pero no que no pueda ser director. Gané un proceso legal con cuatro candidatos. Quiero resaltar, por otro lado, que en esta reciente sentencia del TSJA, los jueces dicen que soy director del Conservatorio Superior de Música de Asturias. Desanima ver este error, fruto de una falta de precisión de los jueces.

- Algunas voces defienden que el Principado debería hacerse cargo del Conservatorio. ¿Qué opina usted?

-El Conservatorio de Avilés tiene una ventaja que envidian los profesores que trabajan en centros del Principado: la compatibilidad para ser docente y concertista. Lo mejor que puede tener un alumno es un profesor que ejerza de músico. Más allá de eso, es inviable que el Principado asuma el centro. IU lo llevó a la Junta General y se le dijo que no se podía. He hablado recientemente con la Consejería y me dicen que no son competentes sobre nada relativo al personal. La Consejería no puede emitir informes al respecto. Lo que sí podría hacer es dar más ayuda económica. Se podría negociar un aumento de esa subvención.

- ¿Teme que el Conservatorio quede degradado a Escuela de Música?

-Es algo que he escuchado mucho, por boca de mucha gente. Sería un paso atrás enorme. En una Escuela de Música no podríamos tener muchos de los instrumentos que ahora impartimos. Me temo que hay gente que quiere que eso suceda para ahorrar costes, pero creo que eso no va a pasar. Lo que me preocupa mucho más son los profesores. Podrían perder su puesto de trabajo. A mí me da igual que esté yo de director o que esté otro, pero me da mucho miedo que toquen a los profesores. No es una posibilidad lejana, ni mucho menos. Está muy cerca, más bien.

- ¿Cuál es su mayor orgullo en estos años de gestión?

-El nivel de actividad. Hemos logrado que el Conservatorio salga a la calle. Hemos hecho actividades para todo el mundo: la Semana Cultural, el Día de la Música, el Concierto de Año Nuevo, las masterclass... La semana que viene tenemos a Joaquín Riquelme, un viola de la Filarmónica de Berlín que va a tocar con la OSPA y va a venir al Conservatorio de Avilés, no a Gijón o a Oviedo. Es como contar con Messi o Cristiano Ronaldo. Con todo eso me quedo, aunque me cuesta seguir luchando con la misma ilusión que al principio.

- ¿Para cuándo la titulación de canto, una de las propuestas estrella con las que se presentó al concurso que ganó?

-Ya está hecha la convocatoria. Habrá un nuevo profesor de Canto, si lo aprueba el Pleno. Además, estamos preparando el 40.º aniversario del centro. Vamos a hacer un intercambio histórico porque iremos al Conservatorio de París. Los alumnos están muy ilusionados con esto. Tengo muchas cosas en mente, pero mi futuro no está claro.

- ¿Qué hará si el Ayuntamiento le pide dejar el cargo?

-No tengo que hacer nada. Está estipulado por Ley que mi comisión de servicios acaba el 31 de agosto. En el caso de que me cesen, mantendré mi retribución hasta esa fecha. Estoy a disposición del Ayuntamiento. Si me dicen que vaya a otro puesto, iré.

- ¿Sueña con un final feliz, en favor del normal funcionamiento del Conservatorio?

-Lo primero que quiero es saber qué va a ser con mi futuro. Estoy en un limbo. No sé si se va a pedir la ejecución de sentencia. Me gustaría saber si voy a acabar el curso o me voy a ir dentro de una semana para planificar mi vida. Pero mi mayor deseo es que no se cierre el Conservatorio porque esa opción está muy cerca. Si esto se sigue judicializando, el cierre será inevitable. El gobierno local tiene voluntad de mantenerlo, pero no es fácil. Es doloroso.