Avilés llora a Carlos José Nicieza Viña, "Carlinos", que falleció ayer a los 70 años, trece después de jubilarse en el Ayuntamiento. Quienes lo conocen dicen que se va "toda una institución" y un buen conocedor de la villa y de sus gentes. El también pintor autodidacta regentó varios establecimientos de hostelería en la ciudad, entre ellos el "Carlinos". La capilla ardiente se encuentra en la sala número 1 del tanatorio de San Cristóbal y este mediodía se celebrará el funeral en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari.

"Ahora me dedico a pintar, y eso me ocupa mucho tiempo, pero echo de menos el levantarme temprano, el trabajo diario", explicaba en mayo de 2008 en el salón de recepciones del Ayuntamiento con motivo del homenaje a los funcionarios municipales jubilados en 2007. Durante 27 años trabajó a pie de tajo, haciendo obras para el arquitecto, y los establecimientos que regentó en la ciudad en su faceta de hostelero fueron un hervidero.

La muerte temprana de su padre, militar de alto rango, marcó la vida de "Carlinos", que cursó estudios en un colegio militar madrileño, luego empezó aparejadores y acabó en Magisterio. Impartió clases hasta que en 1980 se incorporó al Ayuntamiento de Avilés, al servicio de Inspección Urbanística.

La pasión por el arte se remonta a sus tiempos de estudiante y son muchos los avilesinos que tienen en su casa cuadros de "Carlinos", que tuvo como maestro a Amado González Hevia, Favila. Fue uno de los artistas locales del estudio del número 16 de la calle Rivero. Aquejado de párkinson desde hace años, Carlos José Nicieza falleció ayer en un geriátrico avilesino. Dicen que se va "todo un personaje de la villa".