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Tejero "el incombustible"

El controvertido dueño del Avilés se ha convertido, 23 años después de comprar el club, en el tercer dirigente más longevo del fútbol español

José María Tejero, con el escudo del Avilés al fondo. MIKI LÓPEZ

José María Tejero del Río, presidente y máximo accionista del Real Avilés, comparte con el castellonense Fernando Roig, presidente del Villarreal C. F., la doble condición de empresario y dirigente futbolístico. Además, ambos comenzaron su andadura en el mundo del balompié en 1997 (Tejero el 14 de julio de ese año, tal día como hoy). Sus largas trayectorias los convierten en los terceros propietarios de equipos de fútbol profesionales españoles más longevos, solo superados por la familia Gil en el Atlético de Madrid (desde 1992) y la familia Fernández en el Sporting de Gijón (desde 1994).

Hasta ahí las similitudes porque si el curriculum de Roig es un glosario de éxitos, el de Tejero es un rosario de despropósitos. Y a priori, las historias podrían ser inversas: Roig cogió las riendas del equipo de una localidad de 50.000 habitantes con discreto palmarés, lo subió a Primera División y ha llegado a verlo llegar a las semifinales de la Liga de Campeones (temporada 2005-2006) además de convertirlo en "gallito" de la Primera División Española. Tejero tomó el control de un equipo con solera referente futbolístico de una ciudad de 80.000 habitantes y lejos de afianzarlo como mínimo en Segunda B con opciones regulares de ascenso a Segunda División lo ha condenado a luchar un año sí y al otro también por no descender a Regional Preferente. Más escarnio produce comparar la deriva del Avilés con la del Eibar, digno competidor en Primera División con el único respaldo de una ciudad que no llega a 30.000 habitantes.

"El Real Avilés es un club endémicamente deficitario, y así no se pueden hacer proyectos ambiciosos", se justifica el controvertido presidente del equipo blanquiazul. Tejero está acostumbrado a ser el "malo" de la película del fútbol avilesino, pero tantas veces ha hecho el papel que se sabe el guión de memoria: "No es un problema que se haga producido durante mi mandato, sino que se arrastra desde tiempos inmemoriales. La falta de apoyo de las empresas y las instituciones al club viene condenando históricamente a la entidad a cerrar el año con déficits; pasó con Manolo "Lloriana", con Tomás Medina y por supuesto, conmigo. Es acabar una temporada y tener que poner dinero. Y así no se puede".

El presidente admite que carece de capacidad para "implicar a colaboradores en el club", y por eso creyó dar con la solución cuando en 2011 (ya llevaba cuatro años al frente del equipo) implantó la fórmula de la gestión subrrogada: un tercero se hace cargo a su riesgo y ventura de la marcha del equipo y Tejero, en su condición de accionista mayoritario, se reserva la presidencia y la toma de decisiones de calado. Con esa fórmula, que habitualmente llevó el añadido de una opción de compra del club nunca ejecutada, gestionaron el Avilés GolPlus, Amber Care, IQ Finanzas, Proyectos Mallorquines y, desde el pasado mes de febrero, Grupo Horizonte. Salvo un periodo ilusionante de la mano de GolPlus -mientras esta sociedad se animó a poner dinero, por decirlo de forma más clara-, la deriva deportiva del club fue de más a menos.

Tal ha sido el declive que el Real Avilés cosechó en el largo mandato de Tejero su peor clasificación histórica (17º puesto en Tercera División), se salvó del descenso a Preferente por la liberación de plazas que produjo el ascenso de otros equipos de Tercera División, perdió por completo su masa social, ha sido protagonista de ridículos tan sonados como la coexistencia de dos plantillas a la vez lideradas por otros tantos entrenadores, fue noticia recurrente por impagos y lo peor de todo: su presente y su futuro dejó de importarle a la afición, surgió el desarraigo.

José María Tejero, 23 años sentado en el palco, afirma que, en contra de las habladurías, el club ya ha arreglado cuentas con la Seguridad Social y Hacienda (dos millones de euros en total de pufos supuestamente ya pagados). "Somos una entidad saneada", asegura. Respecto a la deuda que mantiene el club con el Ayuntamiento de Avilés por el canon de uso del "Suárez Puerta", más de medio millón de euros según fuentes municipales, el presidente discrepa de la existencia de la misma: "En lo que nadie repara es en que, según el convenio firmado en 1999, el club se obliga a pagar anualmente un millón de pesetas de la época, pero el Ayuntamiento, a su vez, se compromete a abonar una subvención del mismo importe, y nunca ha hecho tal cosa. Si la contraparte no cumple, lo que el Real Avilés hace es responder con reciprocidad". Al hilo del estado de esta deuda, Tejero asegura que existe la intención mutua de club y Ayuntamiento para resolver las discrepancias y zanjar la polémica "en breve plazo de tiempo".

Tejero asume que la marcha deportiva es mala, pero pese a estar en el foco de las críticas de enroca: "De no haber estado yo, el club habría desaparecido; y pese a las adversidades y la falta de apoyos, mantengo la confianza en que un día esto cambie y el equipo pueda volver por sus fueros". Otro mantra mil veces repetido es el de su disposición a vender su paquete mayoritario de acciones y dar paso a otro propietario: "Muchos preguntan porque el club es atractivo, pero nunca hay entendimiento con lo que vale. Y digo 'lo que vale' porque ni lo voy a regalar ni venderlo por lo que algunos dicen que cuesta. El valor es una cosa y el coste, otra".

El 24º año del mandato presidencial más largo que ha visto el fútbol avilesino -y uno de los más largos del fútbol español- comienza estos días con el gestor Diego Baeza encargado de diseñar un proyecto ilusionante que saque al Avilés del fango. "El resultado deportivo será reflejo del potencial económico y si éste es pobre, pues seguiremos sin levantar cabeza", pronostica resignado el presidente "incombustible".

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