No solo Gijón tuvo glamour nupcial el pasado fin de semana con la boda, en Somió, de Carlota Pérez-Pla y Pedro Bravo. Una pareja que tuvo entre sus invitados a rostros tan conocidos como Simoneta Gómez-Acebo, Inés Sastre o Marta Ortega. Otro de los enlaces de revista en los que se posaban las miradas más inidiscretas ocurría el sábado en el Monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Se casaban Teresa Bergel y Nicolás Barral y entre los invitados estaban la pareja de moda del papel couché: Tamara Falcó y su novio Íñigo Onieva, ambos íntimos de la novia y de su hermana, Luisa Bergel.
Hasta el punto de que la hija más popular de Isabel Preysler se refería en sus redes sociales a su pandilla de boda como "la familia que eliges".
La aportación asturiana la puso el coro luanquín Los Peques del León de Oro, que hicieron una excepción en sus limitadas participaciones en bodas fuera de la región, debido a la difícil planificación que permite la pandemia. “Esta boda estaba prevista para el año pasado y se tuvo que cancelar por el covid. Para esta nueva fecha nos dieron todas las facilidades imaginables con tal de que acudiéramos”, cuentan los portavoces del coro que dirigió, como siempre, Elena Rosso.
Desde el coro no tienen muy claro quién les eligió como los protagonistas musicales del día, aunque son conscientes de la visibilidad que les dio, hace dos años, su participación en otra boda del papel couché, la de la bloguera María Pombo en Cantabria, en concreto en la Colegiata de Santa Cruz de Castañeda.
Al programa musical seleccionado para la ceremonia -que incluyó el Ave Regina Caelorum, Cerf Volant–Los chichos del Coro, Aleluya (fragmento)–L. Cohen; o el Ave María–Guridi- se sumó también un pequeño recital en la escalinata del templo que resultó el marco ideal para grabar a los novios en sus primeros momentos como marido y mujer, con las voces de Los Peques de fondo.
