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Palabra de Feito

“Representa lo que es la ciudad de Avilés”, coinciden familiares y vecinos en la presentación de la biografía póstuma del párroco de Miranda

Por la izquierda, José Luis García Martín, Saúl Fernández, José Manuel Gómez Feito, Yolanda Alonso y Samuel Armas. Mara Villamuza

“Sira matina”. Con esta palabras, que significan buenas tardes en bron, la jerga gremial de los caldereros mirandinos, comenzaba la presentación del libro “Hecho y dicho”, la biografía narrada de José Manuel Feito, el párroco eterno de Miranda. Durante los nueve encuentros que mantuvo entre octubre de 2013 y marzo de 2014 con el escritor y periodista de LA NUEVA ESPAÑA Saúl Fernández, el religioso relató todas –o casi todas– sus vivencias, a pesar de su reticencia inicial, pues, aunque escribía de todo y de todos, consideraba que hacerlo sobre sí mismo estaba fuera de lugar.

A lo largo de los doce capítulos que componen el libro, el lector realiza un recorrido por sus primeros años de vida en Pola de Somiedo, pasando por sus viajes internacionales y sin olvidarse de sus dos destinos parroquiales: Los Cabos y Miranda, “su lugar en el mundo”.

No solo él amaba el pueblo de Miranda, sino que todos sus feligreses y vecinos le tenían y tienen aún un cariño especial. Así lo demostraron tanto la Iglesia de Miranda llena en el funeral del aniversario de su muerte, como los fuertes aplausos que arrancaban las emotivas dedicatorias de los que allí tomaron la palabra.

“Todo le resultaba interesante curioso”, destacó Saúl Fernández durante su presentación. Feito pudo, en vida, felicitar a todos sus vecinos de la localidad de Miranda, pues había apuntado las fechas de sus cumpleaños en sus primeros días en la parroquia. Además, viajó a países tan exóticos como Rusia, Nepal o la India. Fue también uno de los fundadores de la Escuela de Cerámica de Avilés, que goza de gran importancia en Asturias y es cuna de numerosos artistas y creadores. Su cercanía y su simpatía, junto con su amor por el arte en todas sus formas, han aupado la consolidación de nuevos artistas, como es el caso de Samuel Armas.

Varios feligreses y vecinos, a la llegada al acto. | M. Villamuza

Para el artista avilesino, que ayer entregó a la parroquia de Miranda un retrato de su párroco, la implicación y los buenos comentarios del sacerdote hacia sus dibujos cuando era pequeño, hicieron que su afición a la pintura pasase a ser su profesión. “Para mí este cuadro no ha sido un encargo, sino la manera de demostrarle a José Manuel Feito dónde estoy”. Así describe Armas la pintura de acrílico y óleo que luce ahora en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán y que recoge la vida y obra de Feito.

Para Yolanda Alonso, concejala de Cultura, “José Manuel Feito representa lo que es la ciudad de Avilés. Una ciudad cultural, social y a la que le importa su gente”. Y es que el párroco fue fundamental en la tarea de estudiar, conservar y promocionar la tradición alfarera y cerámica. “Feito tiene muchas páginas escritas en la historia de Avilés, y la ciudad le está muy agradecida”, cerraba la concejala.

Finalizados estos actos, tuvo lugar el funeral por el primer aniversario de la muerte de Feito, que presidió el titular de la parroquia de Miranda, Francisco Panizo.

El protagonista de “Hecho y dicho” tuvo tiempo para interesarse por el dialecto bron, que ayer también utilizaron algunos para recordarle. Y de aquel empeño en documentar lo que le rodeaba y le parecía curioso sale ahora este libro.

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