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Gonvarri, una pieza clave del “Modelo Avilés” para el liderazgo mundial en renovables

El proyecto del futuro será un robot que fabrique por sí solo la estructura que soporte el panel solar

Luis Pérez, en el Showroom de Gonvarri Metal Structures. Ricardo Solís

Sensores para predecir el comportamiento del acero de las placas solares y prolongar su vida útil, controlar y gestionar el clima para invernaderos tecnológicamente avanzados, drones que vigilan la construcción de una planta fotovoltaica, y hasta robots que fabriquen estructuras para paneles solares. Estos son algunos de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) que Gonvarri realiza en su centro de Avilés con el apoyo del Principado a través del Idepa. Algunos de ellos llevan el sello de la colaboración con otros clústeres, como el Polo del Acero y el de fabricación avanzada Metaindustry4. Es uno de los engranajes del “Modelo Avilés” para figurar en el liderazgo mundial de la dura e intensa carrera de las energías renovables.

El centro de I+D+i de Gonvarri Metal Structures se ubica en un edificio de reciente construcción aledaño a las plantas de fabricación que la multinacional tiene en el polígono industrial de Cancienes, centradas en todas las líneas de negocio de estructuras metálicas.

El foco principal de nuestro centro de I+D+i es la digitalización del producto. Nuestros clientes son las líneas de negocio de la compañía. En el caso de Solar Steel, centrado en las plantas fotovoltaicas, el objetivo es maximizar la producción consiguiendo que el seguimiento del sol sea lo más perfecto posible teniendo en cuenta todos los condicionantes: si está nuboso, la lluvia, el viento, la orografía...”, explica Luis Pérez, director del centro de I+D+i.

Los proyectos que centran ahora la labor de los 14 investigadores del centro son los siguientes:

Sensacero. Se desarrolla en el marco del Polo del Acero y consiste en aplicar sensores para monitorizar el comportamiento de este material a lo largo de su vida útil. Así, se analiza, por ejemplo, cómo influyen la temperatura ambiente, la humedad, los cloruros y el óxido de azufre y cómo se pueden prevenir. “Se trata de individualizar la estructura para adaptarla al lugar en el que se va a instalar y realizar un mantenimiento predictivo y preventivo, lo que permite ahorrar costes”, explica Luis Pérez. En el caso de los cloruros, se ha desarrollado un sensor propio: “Los estudios están finalizados y ahora se van a testar y validar con pruebas reales antes de trasladarlo a la línea de negocio”.

Ricardo Solís Francisco Peula, ingeniero de software.

Solardron. Es un proyecto de Solar Steel para realizar con drones el seguimiento autónomo de la construcción de plantas solares. Las naves sobrevuelan la instalación ofreciendo imágenes en tiempo real y, mediante inteligencia artificial, también información completa sobre los avances de las obras. “Ya se va a empezar a utilizar en fase de prueba real; se está decidiendo el lugar”, señaló el director del centro.

Solarwaam. Es uno de los proyectos colaborativos de la compañía, en este caso con Metaindustry4, el clúster de fabricación avanzada de la patronal del metal asturiano, Femetal. Consiste en que un robot realice de manera autónoma la estructura que soportará el panel solar. “Es un proyecto realizado a modo de exploración, porque el coste aún es muy elevado”, señaló Luis Pérez. Pero será quizás el primer paso de la futura producción en serie, el gran reto de los fabricantes.

Agromena. El centro de I+D+i de Gonvarri en Avilés está centrado también en la investigación y desarrollo de sensores y estructuras metálicas que permitan gestionar el clima dentro de invernaderos tecnológicamente avanzados. Esto permitirá crear el entorno adecuado para maximizar la producción con la máxima calidad.

El ecosistema de colaboración y la atracción de talento

El director general de Gonvarri Metal Structures, Fernando Castro, aprovecha cada oportunidad para destacar dos apuestas “claras y necesarias” en un momento de transición como el actual: la colaboración, y la atracción y retención del talento.

“Es muy importante contar con un ecosistema de colaboradores porque no se trata solo de que alguien te ayude a solucionar un problema, sino que la búsqueda de sinergias permite complementar las soluciones. Ese es el objetivo de los clústeres a los que pertenecemos, y del trabajo que desarrollamos también con la Universidad de Oviedo y los centros tecnológicos”, señaló Luis Pérez, director del centro de I+D+i.

Es en ese marco de desarrollo de nuevos productos en el que se necesita atraer talento y retenerlo. Y no solo en investigación, también en el de producción. “Hay una enorme demanda de profesionales con perfil digital y tenemos que actualizar a nuestro personal en los procesos de fabricación. Por eso es importante la colaboración con la Universidad y centros de formación y que ellos también conozcan las necesidades de las empresas”, señaló.

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