El parque del Muelle no es Kingston, capital de Jamaica, aunque ayer, durante dos horas, el quiosco de la música pudo parecerlo. Sonó ska, esa música tan bailonga con un ritmo muy característico. "Josele" se encargó de contar la historia de ese estilo con nombre de onomatopeya mientras Pablo Culebro pinchaba y el resto bailaba. "Josele" se rodeó de sus "Skatalites" particulares, un grupo de niños, para enfatizar que el ska fue la música de la independencia de Jamaica en 1962, al ritmo de Don Drummond y Roland Alphonso, entre otros. Habló de Prince Buster, de los inicios de Bob Marley y de los "rude boys", que eran los marginados, y su vestimenta tipo gangster. Cruzó el Atlántico para hablar del ska en Inglaterra y su impacto en Europa, la adaptación del género a la eclosión del punk a finales de los setenta con exponentes como "The Clash".
Y mientras tanto, mostró los pasos de baile característicos del ska, el movimiento de brazos y rodillas y animó a todos los asistentes a dejarse llevar por un sonido que inundó el festival de música negra de "La Grapa" de sonidos jamaicanos en Avilés, que ayer fue por unas horas una isla caribeña.