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Suplantan en Instagram al sexólogo avilesino Iván Rotella para vender criptomonedas

"Es la cuenta que utilizo en el ámbito profesional, con miles de contactos, y me supone un enorme desprestigio y perjuicio el robo", asegura el experto

El icono de Instagram en un smartphone. Fabian Sommer/dpa - Archivo

El sexólogo avilesino Iván Rotella ha sido víctima de la usurpación de su cuenta profesional de Instagram, desde la que ahora envían a sus miles de contactos peticiones de compra de criptomonedas suplantando su identidad. "Con las redes sociales estamos desnudos. Lo que está ocurriendo me supone un enorme desprestigio y me perjudica profesionalmente", se lamentó ayer.

El también coordinador del Centro de Atención sexual del Ayuntamiento de Avilés (CASA), relató que el lunes fue a casa cuando terminó de trabajar en su consulta. Allí estuvo repasando unas notas y leyendo, y fue cuando volvió a coger su teléfono móvil cuando vio que había recibido varios mensajes en los que se le indicaba que tenía que introducir su número de cuenta de Instagram. "Antes de que me diera tiempo, recibí un nuevo mensaje en el que se me decía que había cambiado mi correo electrónico. Cuando intenté entré, ya no podía acceder a mi cuenta", señaló.

Pronto empezó a recibir llamadas de conocidos preguntándole qué era eso de que comprasen criptomonedas. "Les extrañó porque la forma de expresión de los mensajes no es la mía, y mucho menos que yo recomiende comprar bitcoins o criptomonedas o esas cosas que no sé ni lo que son", afirmó molesto.

Rotella inició un periplo de búsqueda de información para saber cómo actuar, incluyendo una llamada al Instituto de Cíberseguridad, donde le indicaron varias pautas a seguir, entre ellas la de cambiar todas sus contraseñas.

"Conseguí llegar al soporte de Instagram y allí denuncié mi caso. Me pidieron que enviase un vídeo ‘selfie’ con mi cara para verificar que yo soy yo, y que lo estudiarán y me dirán algo en unos días, si me intervienen la cuenta y me la devuelven o a ver qué pasa", explicó el sexólogo. "Es terrible, porque los que no somos tecnológicos estamos totalmente desnudos. Es necesaria más seguridad", clamó.

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