Cangas de Onís,

J. M. CARBAJAL

El deporte de Cangas de Onís, y más concretamente el piragüismo, saldó una deuda histórica con la que fue una de las más destacadas kayakistas de España: Ana Rodríguez Fernández, quien en 1979 y con sólo 18 años consiguió en los VIII Juegos Mediterráneos disputados en Split (en la antigua Yugoslavia) la primera medalla (bronce) en una competición de ámbito internacional y en distancia olímpica (K-1.500 metros) para el piragüismo femenino en España.

El Club Piragüas Sirio, entidad en la que comenzó a dar sus primeras paladas en 1975 y donde militó hasta 1980, le tributó, con motivo de su gala anual un reconocimiento público al que acudieron alrededor de 150 personas. La sorpresa del evento fue la presencia del que fuera seleccionador español de piragüismo en esa época, Eduardo Herrero Álvarez, gran valedor de la homenajeada, que se desplazó a Asturias expresamente para la ocasión.

«Estoy muy agradecida por todo. Era la primera vez que me hacían un homenaje y resultó realmente muy emocionante, rodeada de cantidad de amigos que me quieren», aseveró la ex palista internacional, la cual se vio obligada a abandonar el deporte de élite en su mejor momento, a las puertas de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, debido al desinterés de la Federación Española por las féminas. «Acabe por desilusionarme y lo deje de manera definitiva; tenía lograda marca mínima para la Olimpiada pero poco tiempo después me comunicaron desde la Federación que no llevarían a ninguna chica», rememoró Rodríguez.

La asturiana llegó a la selección nacional tras una meteórica carrera cargada de éxitos tanto en regatas provinciales como nacionales. Los primeros informes verbales de su formidable valía fueron obra del medallista olímpico Herminio Menéndez, quien se lo explicó al que era director técnico de la Federación Española, Eduardo Herrero.

«Me dijo que Herminio fue la persona que le había hablado de mí, de una chica asturiana muy fibrosa y con un futuro prometedor. Desconocía ese dato y me prestó que me lo comentase», apuntó la ex piragüista.

De entre todos sus trofeos y condecoraciones, hay uno que guarda con un cariño especial ya que fue la primera que le entregaron como acto de reconocimiento público en su corta, aunquexitosa trayectoria. Es la del «Mérito al Deporte» que rle concedió en 1978 el Consejo Superior de Deportes a través de la Delegación Provincial de Asturias.

En la gala del Club Sirio también se entregó una distinción como mejor deportista del año a Óscar Martínez, subcampeon de la Copa del Mundo Master de maratón y campeón de España Master de maratón; y otro al mejor deportista promesa a Álvaro García Bueno. Y es que, sin desmerecer a nadie, fue la noche Ana Rodríguez. toda una campeona del piragüismo.