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Una entidad con arraigo

El Guillén Lafuerza, unido al barrio de Matalablima desde hace más de medio siglo, cuenta en la presente campaña con cuatro equipos, tres de ellos de base

El Guillén Lafuerza es de esos clubes que forman parte del grupo de entidades que llevan implícito el adjetivo de emblemático. También el de histórico. Y es que el conjunto de Matalablima echó a andar en 1949. Por aquel entonces disputaba sus partidos en el campo situado en Rubín, donde hoy se asienta el cuartel de la Policía. Un año más tarde, el Guillén Lafuerza se trasladó al campo de Matalablima, donde hoy en día aún disputa sus encuentros. La entidad ovetense no se entendería sin su presidente, Rodrigo Iglesias. Y es que el dirigente fue el causante de que el club volviera a "renacer" cuando sufrió un periodo de ausencia por diferentes motivos hace ya varios años.

Tal es el arraigo de Rodrigo Iglesias y su familia al club, que el propio directivo jugó en el juvenil del Guillén; su mujer, María Antonia Alonso, es directiva, y su hijo también fue jugador de la entidad. "La verdad es que lo lleva en la sangre", asegura María Antonia en referencia al sentimiento que Rodrigo tiene hacia el Guillén. Pero ya son muchos años al frente del club, quizás demasiados. Tantos que María Antonia tiene que hacer un esfuerzo de memoria para ponerle un número. "Más de 30", dice. Más de tres décadas de trabajo por un club, por darle la oportunidad a los niños del barrio de que jueguen al fútbol. Hace años, Rodrigo no le ponía fecha a su marcha del club. Ahora, sí, aunque no a cualquier precio. "Está cansado", dice la directiva. "Y yo también", añade. "Quizás en un año o dos lo deje. Está buscando un relevo, pero no puede ser cualquiera, tiene que ser alguien que quiera el club", explica María Antonia, que se encarga del club social del campo de Matalablima.

Pero hasta que Rodrigo ponga fin a su etapa en el Guillén, la entidad seguirá luchando por mantener su estructura deportiva. En la actualidad cuenta con cuatro equipos federados, el regional, que milita en Primera, y tres conjuntos de base: juvenil, cadete y alevín. En total, el club suma alrededor de 80 jugadores.

Deportivamente, el Guillén ya ha cumplido uno de los objetivos que se marcó al inicio de campaña. Y es que el regional, que está dirigido por Gerardo, ya tiene en su mano la permanencia en la categoría. Por su parte, el juvenil, que milita en Tercera, está comandado por Alejandro. Ocupa la parte media de la tabla y el objetivo es "potenciar la plantilla para dar el salto de categoría la próxima campaña", dice María Antonia. Y es que el juvenil descendió la temporada pasada en una campaña de transición donde el equipo estaba formado por jugadores de primer año "y eso se nota". Por su parte, el equipo que milita en Tercera cadete está dirigido por Roberto, mientras que el de Tercera alevín lo entrena Carlos. Los más pequeños del club marchan en la parte alta de la clasificación y mantiene sus opciones de ascenso.

Independientemente de los objetivos deportivos, María Antonia quiere destacar "el buen ambiente que tenemos en el club". Y una prueba de ello es que "hay muchos jugadores que se van a otros equipos y poco después vuelven", explica. Además, la directiva subraya que la filosofía del Guillén Lafuerza no es otra que "los jugadores disfruten, que no se hagan daño, que hagan amigos". En un futuro cercano, el club quiere seguir creciendo en la medida de sus posibilidades. La campaña pasada contaba con un equipo infantil y otro de pista, algo que en la actual temporada no ha podido mantener "por falta de jugadores". De cara a la próxima campaña, y si se puede, "nos gustaría ampliar la estructura deportiva base, pero dependerá de los jugadores", apunta María Antonia, que forma parte de una directiva en la que también están Pablo, Julio, María Eugenia y Alfredo; y a los que hay que sumar los delegados de cada uno de los equipos. "Somos como una gran familia", señala María Antonia.

Económicamente, el club se mantiene gracias "al trabajo y al esfuerzo de todos", dice María Antonia, que añade que "aquí no se cobran cuotas, sólo les pedimos que paguen la ficha, pero sólo a los que pueden". Además, como todos los clubes, recibe subvenciones y saca algo de dinero, poco, de las entradas, la lotería y el club social.

Así es el Guillén Lafuerza, un club que mantiene su historia, una entidad que ha ido superando obstáculos y que se ha convertido en uno de los clubes más emblemáticos de Asturias. Con 65 años de historia, el Guillén Lafuerza quiere seguir manteniendo vivo su espíritu en el barrio de Matalablima.

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