De tal palo, tal astilla. Ese debe ser uno de los refranes marcados a fuego en el hogar de los Palleiro. Israel es el responsable del Waseda, equipo de kárate langreano. Sus dos hijas, Beatriz y Lidia, son dos de las más firmes promesas de este deporte en el Principado, mientras que Hugo, el más pequeño, comienza a dar sus primeros pasos en el mundo de las artes marciales.
A sus 39 años, Israel Palleiro no sabe lo que es su vida sin el kárate. Con siete, comenzó a practicarla. "Lo que empezó como un actividad de tiempo libre en el Colegio José Bernardo terminó siendo un estilo de vida", reconoce. De entre las distintas clases extra escolares -fútbol, judo, kárate-, Israel se decidió por esta última en una determinación clave en su vida. A los 18 años comenzó a entrenar, tras obtener el título de monitor en Valladolid. Era el nacimiento del Waseda.
Sus dos hijas siempre le han visto con el karategi en casa. "Les generaba curiosidad", destaca, aunque afirma que "si no les hubiera gustado el kárate, seguro que sí cualquier otro deporte". Con cinco años, Lidia comenzó a acudir al tatami junto a su padre. "Pronto comenzó a ir a las competiciones y a ganarlas, poco a poco fue entrando en el club", destaca Israel. Su hermana, Beatriz, también dio pronto sus primeros pasos en el mundo del kárate. "Con cuatro años ya fue tomando contacto con esta arte marcial, era lo que veía en casa". Ambas han llegado a cosechar multitud de títulos, tanto en Asturias como fuera del Principado.
En el caso de Lidia, ostenta los campeonatos de Asturias de kata y kumite y ha acudido en numerosas ocasiones a los campeonatos de España. "Es una karateka que trabaja muy bien y que cumple con sus objetivos", destaca su padre.
Por detrás, con nueve años de edad, llega su hermana Beatriz. Tres medallas en campeonatos de España ya contemplan a una de las mayores promesas de este deporte. "Conseguir una ya es muy difícil, imagínate tres", asegura su padre. Dos de ellas llegaron en la modalidad de kata y una en kumite. La última de ellas, un bronce en el nacional celebrado recientemente.
"Es lo más grande que hay", destaca Israel al hablar de sus hijas como karatekas. "Hace una ilusión tremenda verlas en lo más alto", destaca. Y es que, como padre, Israel está presente en todos los éxitos, pero también en los malos momentos. "Vivo toda la parte de sacrificio, de entrenamientos, de preparación, a veces no se ve todo el esfuerzo que existe realmente en la vida de un deportista".
Y es que el linaje de los Palleiro no finaliza aquí. El tercero de los hermanos, Hugo, con tan solo cinco años, ya comienza a practicar kárate. "Algunos días viene con nosotros al tatami, ya está recibiendo sus primeras clases y pronto querrá ir a competir", comenta Israel. El joven Hugo tendrá en su casa a los mejores maestros. Y quien sabe si en un futuro, junto a sus hermanas, seguirá los pasos de Israel en la dirección del Waseda. "Me encantaría que continuaran con la labor de este club", admite. La dinastía de los Palleiro sigue marcando el camino.
