Las personas que padecen adicciones en la comarca son cada año más jóvenes. La asociación "Buenos Amigos" de Mieres, responsable del Centro de Rehabilitación de Drogodepencias (RED), acaba de presentar un informe sobre el perfil de sus usuarios. El 70 por ciento de los usuarios tiene menos de 44 años, una cifra que ha alarmado a los expertos. La mayoría de las personas que acuden al centro, el 60%, tienen un nivel bajo de formación, con el título de Educación Primaria como máximo.

El estudio del RED de Mieres forma parte de un amplio informe nacional que ha publicado la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención a Drogodependientes, una entidad que reúne a expertos de toda España. La psicóloga Elizabeth Ortega explica que "la edad es un dato alarmante, ya que cuando llegan al centro se encuentran ya con un problema importante". De hecho, el veinte por ciento de las intervenciones del RED se destinan a personas de entre dieciocho y veinticinco años. La mayoría tienen problemas con el alcohol combinado con otras sustancias, principalmente la cocaína. Según la experta, "el mayor obstáculo que encontramos a la hora de tratar las adicciones al alcohol es la aceptación social que tiene esta sustancia".

Una aceptación social que no va en consonancia con los altos riesgos que acarrea el consumo abusivo de bebidas alcohólicas. "El problema no es sólo las consecuencias del alcohol, es también su asociación a otras sustancias", destacó Ortega. En muchos casos, especialmente entre la gente joven, "más pronto que tarde llega la combinación con otras drogas". En los hombres predomina la cocaína y en las mujeres llama la atención el incremento del abuso de los ansiolíticos, especialmente benzodiacepinas.

Hay poca diferencia entre sexos, pero hay distancia cuando se estudia el nivel de formación de los usuarios. Sólo el treinta y seis por ciento de los usuarios atendidos cuentan con el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y el seis por ciento tienen estudios universitarios. El RED de Mieres intenta paliar este déficit de formación a través de la puesta en marcha de distintos programas y talleres de oficios. La llegada de la crisis, reconoce Ortega, ha dificultado el último paso de las terapias: la inserción laboral de los usuarios. Es por eso que buscan alternativas y "recomendamos que se matriculen en algún curso o retomen sus estudios al término de la intervención".

El RED de Mieres es un centro único en la región en lo que a modelo de intervención se refiere. La asociación "Buenos Amigos" defiende una terapia abierta, en la que los usuarios se mantengan en contacto con la calle mientras que se trata su drogodependencia. Este método, afirman los expertos, consigue mejores resultados porque los pacientes no están aislados en ningún momento y no interrumpen su vida social. Aprenden a vivir sin las sustancias.