El traslado del archivo deja vacío y sin vigilancia el viejo Hospital de Mieres

Los guardas de seguridad temen que las instalaciones sean totalmente desvalijadas

Un guarda de seguridad, ayer, custodiando el viejo hospital.

Mieres del Camino, D. M.

El viejo Hospital de Murias ya no tiene actividad. El que fuera hospital comarcal durante 60 años, hasta la apertura de las actuales dependencias sanitarias de Santullano, acaba de quedar vacío tras proceder el Principado al traslado del archivo, la última dotación que permanecía en el inmueble desde el cese de la actividad médica y residencial, en mayo de 2014. La mudanza, por tanto, es ya completa, pero hay problemas sin resolver. Las instalaciones quedarán muy pronto sin vigilancia. La empresas de seguridad privada dejará en breve, seguramente en marzo, de prestar el servicio. La amenaza de los robos será entonces constante, ya que el cobre, hierro y materiales de valor que permanecen en el inmueble se cuentan por toneladas.

Casi dos años ha estado el viejo Hospital de Murias en uso una vez que la actividad sanitaria dejó de prestarse en él a finales de mayo de 2014. El archivo y su personal se han mantenido, hasta ahora, en los bajos del ala oeste del inmueble, la parte de edificación más moderna. El voluminoso tamaño de este registro dificultó encontrarle acomodo en las modernas instalaciones de Santullano. Así, de Sanidad tuvo que posponer en varias ocasiones el cierre definitivo de antiguo hospital. Finalmente, ha llegado la fecha.

Concluido el interrumpido proceso de traslado sanitario, las dependencias de Mieres se enfrentan ahora a un periodo de incertidumbre y, todo indica, de decadencia y deterioro. El problema que parece más acuciante es el de seguridad. El Principado ya informó en su momento al Ayuntamiento de Mieres de que, una vez quede el inmueble sin actividad, procederá a tapiar todos los accesos para evitar robos y actos vandálicos. Los vigilantes que se encargan del control de las instalaciones sostienen que cerrar puertas y ventanas "no detendrá a los ladrones". Así, estos trabajadores aseguraron a LA NUEVA ESPAÑA que con frecuencia se acercan a la zona vehículos "sospechosos". De hecho, en alguna ocasión sus ocupantes han llegado incluso a interesarse personalmente por la fecha de cese definitivo de la actividad.

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