Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La Mancomunidad del Cabo Peñas presentó ayer una propuesta para sobrevivir a la crisis con la que pretende ahorrar costes a base de mancomunar servicios, principalmente de limpieza, entre los ayuntamientos de Carreño y Gozón. Según el proyecto del concejal delegado del ente, Florentino Cuétara, la medida podría suponer un ahorro por cada servicio de entre el 8 y el 12 por ciento. El modelo a seguir es novedoso y consiste en la creación de una sociedad mercantil gestionada por la mancomunidad, «ya que tienen personal suficiente para ello». Actualmente, estos servicios de limpieza son contratados de forma individual por cada Ayuntamiento a empresas externas.

Esas compañías, según indicó Cuétara, tienen un beneficio del 10 por ciento de media y ése sería el coste que se ahorraría la mancomunidad si lo gestionase directamente. No se modificaría el carácter privado del personal, sino que cambiaría el modelo de gestión, que pasaría a manos del ente comarcal. «Para ello es necesario crear una sociedad mercantil en el seno de la mancomunidad, que lleve una plantilla de personal que no sería superior a 60 trabajadores», señaló el delegado.

La nueva sociedad gestionaría el servicio de limpieza de ambos ayuntamientos en lo referente a los edificios públicos, que ahora mismo ya está privatizado tanto en Carreño como en Gozón, para posteriormente extenderse a la limpieza de jardines y de la vía pública. A largo plazo, el proyecto prevé la fusión del servicio de ayuda a domicilio también. «La sociedad mercantil permitiría mantener la calidad del servicio, puesto que sería el mismo personal el que llevaría a cabo las mismas funciones, pero abaratando el coste para la mancomunidad y, por lo tanto, para cada Ayuntamiento», dijo Cuétara, que señaló además que esa medida permitiría «dotar de mayor contenido» a una institución sobre la que existen muchas dudas en la actualidad a causa de la crisis. El proyecto ya ha sido presentado a los grupos políticos de ambas corporaciones y en las próximas semanas se aportará además un estudio detallado de los márgenes de beneficio comerciales.

«La idea es que las corporaciones debatan el proyecto antes de final de año, con vistas a su implantación en un 2011 que de otra manera sería duro por la crisis», apuntó Cuétara. Señaló, además, que este modelo ahondaría en la independencia de la mancomunidad: «Sería una forma de generar y gestionar ingresos propios y así no depender tanto de las subvenciones, que de cara a 2011 se verán aún más recortadas, posibilitando la supervivencia de la institución».