El Valle,

Braulio FERNÁNDEZ

Cerca de una veintena de organizaciones no gubernamentales se dieron cita durante el fin de semana en la parroquia carreñense de El Valle en el segundo mercadillo solidario del concejo. Pero entre los puestos y «stands» que encabezaban estas organizaciones había media docena de ellos que eran regentados por vecinos de a pie del concejo, y que trataban de emular la venta «car boot» (desde la parte trasera del coche), importada desde las islas Británicas.

«Se trata de vender todo aquello que no usas o no necesitas», explica el grupo de vendedoras de El Valle. «Es muy típico de Gran Bretaña; allí se realiza todos los domingos con gran éxito y tradición, ya que es beneficioso tanto para el que compra a muy buen precio algo que le puede interesar como al que vende y saca algo de dinero por algo que no quiere», añade una de las dependientas.

La diferencia con lo que se hace en las islas es que «allí es una venta de segunda mano particular que aquí, en España, no existe», mientras que lo de ayer, en El Valle, tenía una connotación solidaria, puesto que los beneficios se destinarán al país caribeño de Haití. Explican las vendedoras, alguna de ellas de origen británico, que la idea del «car boot» se mezcla en El Valle con las tiendas de caridad muy típicas también al otro lado del canal de la Mancha. De hecho, y porque la labor que realizan es altruista y anónima, es por lo que prefieren no dar su nombre.

La idea de poner en práctica el «car boot» surgió de ellas. «Lo planteamos en l Ayuntamiento y les pareció buena idea». Y así, ayer, en El Valle, no sólo podían comprarse productos nuevos, realizados algunos de ellos por países con mayores dificultades de crecimiento, sino también libros, juguetes e incluso aparatos electrónicos sin valor para sus dueños.

La jornada en El Valle estuvo animada, además de por las compras solidarias, por actividades de todo tipo, destacando las musicales a cargo de un grupo tribal africano, percusionistas, danzas africanas y lucha libre senegalesa. No faltó el espacio para lo gastronómico, con degustaciones de té, de cuscús y té saharaui. Además, se celebraron con éxito unas jornadas gastronómicas de los callos.