Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El desmontaje de la capilla de San Antonio de Candás, en peligro de ser arrastrada por los desprendimientos del promontorio del mismo nombre, comenzó ayer con la retirada de las piedras que conforman el pequeño campanario, el altar del interior del templo y las tejas que cubren su única planta. Todas estas piezas han sido agrupadas y flejadas para ser llevadas a un almacén de la empresa encargada del desmontaje, Castroagudín Canteros, en Piedeloro. La tarea está siendo realizada por los operarios de la empresa con la ayuda de varias palas y grúas. En los próximos días acometerán el desmontaje de la bóveda principal de la ermita, datada a principios del siglo XVII y que se encuentra en la actualidad a menos de medio metro del acantilado en el cabo de San Antonio.

Precisamente la cercanía del precipicio ha hecho variar los planes iniciales del desmontaje, que ya no se realizará a partir del andamiaje del perímetro del edificio, sino mediante el acercamiento de los operarios a través de una grúa con un brazo extensible, según informaron desde la propia empresa. Los responsables de la obra han considerado de alto riesgo la colocación de andamios en torno al templo, por la cercanía del acantilado y la inestabilidad del suelo, lo que podría provocar que el andamiaje se viniera abajo a causa del peso.

La situación ha sido resuelta con la implicación de la grúa, que deberá extender el brazo sobre el que trabajaran los operarios sobre el acantilado, quedando suspendidos en el aire.

Y es que son precisamente las condiciones de seguridad las que han retrasado los inicios de la obra, inicialmente contemplada para el mes de abril. Tras concretarse los certificados de seguridad y salud, y el permiso de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias para realizar la deconstrucción del templo, la obra pudo comenzar finalmente ayer. El plazo de ejecución de los trabajos se extenderá a lo largo de dos meses.

El proyecto técnico de la obra lleva la firma de Arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia, con experiencia en otras tareas similares, como la restauración de la catedral de Oviedo. Son estos últimos, precisamente, quienes para adelantar trabajo se encargaron a lo largo de la pasada semana de numerar las piedras que componen el edificio, de forma que puedan volver a ser recolocadas de igual manera cuando se realice el montaje. Este proceso tendrá lugar con posterioridad, en una ubicación cercana a la actual, sobre un eucaliptal en el mismo cabo de San Antonio. Se hará una contratación de las obras adicional.