Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Una superficie de unos cinco metros de largo del tejado del teatro Santarúa de Candás se vino abajo ayer a causa de la lluvia que cayó con intensidad a primera hora de la tarde. Como consecuencia del desplome, que provocó un gran estruendo, se personaron en el lugar tanto la Policía Local como una unidad de Bomberos. No hubo que lamentar daños personales y los materiales se circunscribieron al propio edificio, propiedad de la empresa de conservas Hijos de Carlos Albo. Esta conservera, que operó en Candás durante una centuria, empleó el teatro Santarúa como almacén para salazones.

La humedad y la falta de mantenimiento pusieron al edificio al borde de la ruina. Han sido constantes las peticiones por parte de la Asociación de vecinos de Candás para que se pongan en marcha medidas para evitar el derrumbe del edificio y, especialmente, de su frontón. La última de estas quejas se presentó hace solo dos semanas.

Una vez inspeccionada la zona, tanto los Bomberos como los agentes de la Policía Local decidieron precintar la edificación y cortar el paso de peatones por esa margen de la calle Carlos Albo Kay, como medida preventiva ante la posibilidad de un nuevo derrumbe. El suceso tuvo lugar pocos minutos después de las cinco de la tarde, y solo una hora más tarde la zona ya se encontraba acordonada.

Para hoy está prevista una nueva inspección del edificio, esta vez por parte del departamento técnico del Ayuntamiento de Carreño, y se entablarán contactos con la firma propietaria para decidir las medidas a emprender, que, a expensas de nuevas valoraciones, pasan por apuntalar el edificio, catalogado y protegido, o, incluso, por su derribo, si su estado de ruina así lo aconseja.