Antromero (Gozón),

Braulio FERNÁNDEZ

Las empresas de servicios que operan en la piscina de la Mancomunidad del Cabo Peñas, que agrupa a los concejos de Carreño y Gozón, llevan seis meses sin cobrar. Del balance realizado a mediados de octubre en las cuentas del órgano comarcal se deduce que se adeudan al menos 70.000 euros en facturas a las empresas encargadas del mantenimiento de la piscina, del control y administración y del servicio de socorrismo y organización de cursillos. Eso sí, hasta el momento los trabajadores siguen cobrando sus nóminas, lo que está provocando un importante impacto económico en las empresas, que tienen dificultades para seguir adelante con su actividad. De no cobrar en los próximos días se podría incluso llegar al primer paro de la piscina en toda su historia.

El origen del problema está en los impagos del Ayuntamiento de Gozón al ente supramunicipal. El municipio al norte del río Pielgo adeudaba en octubre unos 131.000 euros a la Mancomunidad, lo que también pone en peligro las nóminas de los funcionarios y personal laboral, aunque la situación en este caso es menos angustiosa que en la pasada primavera, cuando los 196.683 euros que debía Gozón estuvieron a punto de dejar sin sueldo a los trabajadores.

La aportación que tanto el Ayuntamiento de Carreño como el de Gozón realizan a la Mancomunidad anualmente es de 426.396 euros. De ellos, una buena parte son para el funcionamiento de la piscina situada en terrenos de Antromero, en el concejo de Gozón pero a poco más de un kilómetro de Candás.

Los impagos del municipio gozoniego se han venido produciendo desde hace más de un lustro. Pero la intervención de Carreño, que pagó de sus cuentas algunas nóminas en 2007, y las presiones para que Gozón hiciera efectivos algunos pagos de la deuda durante los restantes años habían alejado la posibilidad de que los trabajadores se quedasen sin cobrar un solo mes.

Desde Gozón, todos los esfuerzos van encaminados a que a partir del mes de enero pueda rebajarse la actual aportación mensual a la Mancomunidad para poder hacer frente a todos los pagos, o bien disolver el órgano comarcal, por la imposibilidad de llegar a un acuerdo para esa rebaja con Carreño. Y es que este municipio aboga por el mantenimiento actual de los costes. Entre otras cosas, por el uso que realiza Carreño de los servicios de la Mancomunidad para fines propios, como la reciente elaboración del plan de ordenación urbana, al encontrarse las oficinas del ente en Candás.

El funcionamiento de la piscina, a largo plazo, no corre peligro, toda vez que desde Gozón se asegura que aún disolviendo la Mancomunidad se trataría de llegar a algún tipo de acuerdo con Carreño para que ambos ayuntamientos gestionen y financien conjuntamente esta instalación.

Y es que la acogida de la piscina entre los vecinos llevan un camino inverso a su situación financiera. El año pasado se batió el record de asistencia, con más de 45.000 usuarios, y el anterior acudieron a la piscina 42.275 usuarios. Las cifras han ido «in crescendo» desde la apertura de la instalación en 2004, cuando 37.028 personas hicieron uso de ella. La tercera mejor cifra de uso corresponde a 2009, con 37.561 usuarios.