Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El plan de recortes en la Mancomunidad del Cabo Peñas, que integran los municipios de Carreño y Gozón, afectará a entre tres y seis trabajadores. Este plan, que será presentado formalmente antes del próximo 31 de enero, ya contempla la eliminación de la agencia de desarrollo local, que cuenta con tres trabajadores, así como la supresión del cargo político del vocal delegado y del auxiliar de intervención. La gran duda a día de hoy es qué sucederá con la oficina técnica de la mancomunidad, con un arquitecto y un técnico agrícola cuyos salarios alcanzan los 100.000 euros.

El objetivo del gobierno de Gozón es recortar en 180.000 euros la aportación que cada municipio destina al órgano comarcal, para hacer frente a las exigencias del plan de ajuste. Con la eliminación del cargo del vocal delegado se lograría un ahorro al año de 11.000 euros, más otros 4.000 por el salario del auxiliar de intervención.

El plan de recortes de Gozón para la mancomunidad, que supondrá que Carreño tenga que hacer frente en solitario a algunos de los gastos de personal, previsiblemente modificando la jornada laboral, no prevé la eliminación de varios puestos de trabajo que en un principio se encontraban en tela de juicio. Se trata de aquellos que cuentan con algún tipo de subvención autonómica: el Servicio de Normalización Lingüística, la Oficina de Información Juvenil y la Oficina de Consumo. Asimismo, Gozón pretende seguir contando con el servicio de archivo.

Por el momento, ya se han conseguido recortar cerca de 50.000 euros prescindiendo del servicio de secretaría de la mancomunidad, una decisión adoptada gracias a un acuerdo entre la mayoría de los partidos de las corporaciones de Carreño y Gozón en el pleno del pasado martes.

«Tenemos claro que hay que ahorrar 180.000 euros en la mancomunidad», aseguró ayer el alcalde de Gozón, Ramón Artime, quien en su discurso de investidura del pasado martes se fijó la modificación del ente supramunicipal como su principal objetivo. «Hay que cambiar la gestión de la mancomunidad, dotarla de menos gastos y de más ingresos», señaló, en referencia a la posibilidad no sólo de recortar gastos, sino también de abrir la puerta a nuevos ingresos, mediante la contratación de servicios entre los dos ayuntamientos, lo que abarataría su coste.

En Carreño, mientras tanto, se espera con impaciencia la versión final del plan de recortes de la mancomunidad planteado por su presidente, Ramón Artime, si bien el regidor del municipio al sur del río Pielgo reconoció ayer estar «en contacto permanente» con su homólogo gozoniego.

La próxima configuración de los presupuestos municipales dependerá de la aportación que el municipio tendrá que hacer a esa «mancomunidad asimétrica» que va tomando forma, y en la que Carreño también tendrá que hacer ajustes para poder seguir prestando todos los servicios.