Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La cuenta bancaria del Ayuntamiento de Carreño está en números rojos, algo que no sucedía desde hace más de una década. Su saldo es de -108.000 euros. En los últimos años, el remanente de tesorería ha sufrido un notable descenso, acompañado del estancamiento financiero. Así, el Ayuntamiento ha pasado de cerrar el año con más de tres millones de euros de saldo positivo en 2007 a estar en números rojos en 2012, aunque el ejercicio que se ha cerrado ahora es el de 2011.

Los pesimistas datos financieros de las cuentas municipales han sido presentados por el gobierno a los grupos políticos durante la última Comisión de Hacienda. El remanente de tesorería constituye el indicador clave de la liquidez de cualquier Ayuntamiento. Y en caso de ser negativo, obliga a un reajuste de los siguientes presupuestos municipales, como así sucederá en la elaboración del próximo proyecto financiero, el de 2013.

«Cerramos el año en números rojos y nuestras cuentas tienen como rasgo característico la insolvencia a corto plazo», lamenta el portavoz del PP, José Ramón Fernández, al conocer los datos de la tesorería de la hacienda municipal. Estos datos, a juicio del edil popular, «desmienten el mantra de los socialistas de Carreño, consistente en señalar que la situación económica municipal es boyante, envidiable y un ejemplo de buena gestión». Señaló además que «es evidente que cerrar un ejercicio con un gasto descontrolado que supera los ingresos no es sinónimo de buena gestión».

El dato es especialmente preocupante, señaló Fernández, al tener en cuenta que en 2007 se cerró el año con más de tres millones de euros de saldo positivo en la cuenta y en 2008 el saldo era de 2.800.000 euros. Al año siguiente, ya en plena crisis, experimentó una merma significativa y se redujo a 1.800.000 euros. En 2010 aún había 581.000 euros de saldo positivo, que al cierre de 2011, el último ejercicio por cerrarse, ya han pasado a ser números rojos.

El gobierno, que ayer no se pronunció sobre estos datos, ya había anticipado semanas antes que la merma en los ingresos por licencias de construcción y obras, entre otras, estaban provocando un colapso en las cuentas municipales. Sin ir más lejos, en 2011 se ingresaron 350.000 euros por esos impuestos, que se han quedado ahora en 80.000 euros.