Los bares de Carreño podrán abrir más horas por la noche durante las principales fiestas del próximo año y los siguientes tras aprobarse ayer la ordenanza reguladora de su actividad. La nueva normativa, que especifica los horarios de apertura y cierre de los bares en Candás y parroquias, ha sido aprobada tras superar la fase de información pública y alegaciones. Se trata de una modificación sobre la vieja norma, y ya había recibido un apoyo mayoritario durante su redacción.

Al texto final se suman algunas de las valoraciones efectuadas por los vecinos, sin modificar sustancialmente el espíritu del mismo. Aún así, recoge importantes cambios con respecto a la anterior normativa que permitirán a los hosteleros cerrar más tarde en los días de fiesta o eventos singulares.

La modificación, que solo entrará en vigor una vez aparezca publicada en el "Boletín Oficial del Principado de Asturias", incluye ocho nuevas festividades en las que el horario de los bares se podrá ampliar por las noches: el martes de Carnaval, Semana Santa, la noche de San Juan y otras cinco fechas más "a disposición del Ayuntamiento para actividades singulares", según recoge el texto. A ellas se suman las que ya incluía el anterior articulado, entre las que están las fiestas de San Félix o el Santísimo Cristo.

La ordenanza estuvo expuesta en el tablón de anuncios del Ayuntamiento de Carreño, tiempo durante el cual recibió algunas quejas, encaminadas principalmente a criticar las cinco fechas que se reserva el Ayuntamiento de libre disposición. "El horario de apertura y cierre de establecimientos ya es lo suficientemente flexible en nuestra localidad", denuncian los vecinos en sus alegaciones.

Además, señalan que "la escasa concreción de los días señalados en los programas festivos permite la modificación de estos horarios en la práctica con total discrecionalidad y sin atender a los intereses del vecindario, que pueden ser distintos a los de los propietarios de establecimientos y locales".

Con su aprobación se pone fin a una polémica surgida el pasado mes de febrero, cuando los bares echaron el cierre el martes de Carnaval al tener que asumir un horario como si fuera una jornada laboral cualquiera.