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Los desalojados del paseo marítimo se encierran en su casa para exigir las obras

"Queremos saber quién va a arreglar esto y cuándo", reclama el matrimonio afectado por el argayo del monte Fuxa de hace un año

Los Vázquez Prendes, ayer, en la ventana de su casa en el paseo de Candás. Braulio Fernández

La familia desalojada de su casa del paseo marítimo hace un año por los desprendimientos del monte municipal Fuxa, que también cortaron al tráfico el paseo marítimo, decidió ayer encerrarse en su domicilio como medida de protesta, en busca de una solución a su caso. Minutos antes del mediodía, y como manda el protocolo que les fue impuesto por el Ayuntamiento, los Vázquez Prendes pidieron a la policía que les abriese el candado del vallado que precinta su casa, y el resto del paseo, para acceder al domicilio "a coger unos enseres", como tantas otras veces. Sin embargo, esta vez ya no salieron por la puerta.

Desde la ventana, el matrimonio se dirigió a los agentes para comunicarles que no pensaban salir, y desde ese momento permanecen encerrados, con una pancarta en la ventana reclamando una solución a su éxodo involuntario de más de once meses de duración.

"En noviembre nos dieron un plazo de 45 días para hacer la obra nosotros o para que la hiciera el Ayuntamiento de forma subsidiaria, pero desde entonces no sabemos nada, no nos contestan, y esperamos que así al menos podamos saber quién va a hacer la obra del paseo y cuándo", explica Alicia Prendes sobre las razones que la han llevado a ella y a su marido a encerrarse en una casa clausurada por razones de seguridad.

Desde marzo de 2013, cuando parte del monte se vino abajo cerrando el paseo y empujando la casa, todo han sido idas y venidas por parte del Ayuntamiento, pero nada efectivo. A golpe de mociones e intervención por parte del gobierno regional se consiguió una consignación presupuestaria para realizar la limpieza de rocas desprendidas, pero ni aun así los Vázquez Prendes han conseguido volver a casa por las buenas. El gobierno insiste en que son ellos los que tienen que gastarse el dinero, a pesar de que el monte que argayó fuese municipal.

La casa del paseo marítimo fue un reguero de gente durante todo el día. Incluso portavoces de la práctica totalidad de la Corporación pasaron por allí. El Alcalde de Carreño, Ángel Riego, reusó hacer valoración alguna sobre lo acontecido, aunque según indicó el portavoz del PP, José Ramón Fernández, que llamó al Alcalde, "la familia tiene que salir por razones de seguridad, aunque no me ha aclarado si piensa hacer algo al respecto o no". Fernández instó a Riego a hablar con los Vázquez Prendes "para que les diga cuándo se van a hacer las obras, pero dijo que no lo hará, que lo que procede es que desalojen".

En el lugar estaba también la Guardia Civil, además de la Policía Local que abrió el candado de la casa, y que al parecer fue avisada desde el Ayuntamiento de la existencia de "okupas" en la casa del paseo marítimo. "Okupas" de su propia casa, que solo podrán salir de ella mediante una orden judicial. Una petición que el gobierno deberá decidir ahora si efectúa, dado que los motivos para que la casa permanezca desalojada siguen siendo los mismos hoy que hace once meses.

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