Peces de gran tamaño tan conocidos como el atún, el pez espada y el marrajo pueden llegar a acumular importantes cantidades de mercurio en su organismo. El veterinario José Heredia, de la Consejería de Salud del Principado de Asturias, aconseja no consumirlas por el riesgo que esa carne contaminada entraña para la salud, en especial para los niños menores de 3 años y para las mujeres embarazadas, ya que su ingesta puede generar malformaciones en el sistema nervioso del feto. Lo dijo ayer en Candás, en las X Jornadas de ecología marina de Asturias, organizadas por el club de actividades subacuáticas "El Delfín", con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA.

Sin embargo, esos pescados no son los únicos que producen problemas, muchas veces fruto de su procedencia de la pesca deportiva o furtiva, que no pasa controles sanitarios. Durante la charla "Problemas asociados al manejo y consumo de pescados y mariscos", Heredia explicó que la carne de los túnidos, como el bonito, suele presentar una composición importante de aminoácidos, histidinas, que con frecuencia se transforman en histaminas y generan una sensación de picor. De igual forma, hay que prestar atención a los parásitos (el más frecuente, el anisakis), que pueden adherirse a las paredes del esófago o del estómago produciendo cuadros de alergia o úlceras. Para evitarlo, Heredia dijo que hay que abrir y limpiar el pescado nada más capturarlo. Las Jornadas continúan hoy, a las 20 horas, en La Baragaña, con una conferencia centrada en la contaminación del mar por hidrocarburos.