Las calles de Candás se vistieron ayer con sal, arroz y flores para festejar por todo lo alto el Corpus Christi más marinero de la región. La Virgen del Rosario, custodiada por dos delfines, fue la protagonista en una plaza de La Baragaña que olía a salitre y desbordaba belleza. "Está precioso; es increíble", decían las hermanas Marina y Pilar Miranda, junto a la imagen de la patrona de los marineros, que la artista local María Jesús Iglesias y un grupo de vecinas, entre ellas Marina Felisa Artime, que recuperó la tradición en 2011, comenzaron a elaborar con arroz ya en diciembre.

Pero ayer no sólo La Baragaña brilló en la villa; las calles Braulio Busto, cubierta de motivos religiosos hechos con sal, y Valdés Pumarino, decorada con flores, también conquistaron las miradas de los visitantes.