Mónica G. SALAS

En Candás, estos días, no sólo se toca música, sino también diversión. Más de 70 jóvenes de entre 4 y 17 años, procedentes de todos los puntos de la región, participan desde el lunes en la XIV Colonia "Música en vacaciones", organizada por la Escuela "Miguel Barrosa" de Carreño, con la intención de mejorar su formación, pero, sobre todo, de pasárselo bien y de compartir nuevas experiencias con otros alumnos. Algunos ya se conocen de años anteriores y manejan a las mil maravillas el violín, la trompeta o el clarinete, pero para otros éste es su primer campamento musical e, incluso, su primer contacto con un instrumento.

Para todos ellos, la colonia de Candás, en el colegio Poeta Antón, tiene un horario de clases que hay que seguir al pie de la letra. La sirena de entrada suena a las nueve y media de la mañana. Desde ese momento, hasta las cinco de la tarde, los jóvenes no se separan ni un minuto de sus instrumentos. Asisten a clases de música, de canto, de técnica y de percusión corporal, la gran novedad de este año. A través del método "Bapne", convertido en todo un éxito en España e, incluso, en otros países de Europa, Estados Unidos y Sudamérica, los niños mejoran su capacidad física, psíquica y socioafectiva. Un antídoto contra el mal rollo y el estrés que ya se aplica a personas de todas las edades y, especialmente, a aquellas que padecen algún tipo de enfermedad, como el alzheimer. "Decidimos traerlo este año, porque es un proyecto muy interesante y poco conocido en Asturias", explica la responsable del campamento, Begoña Vázquez. De hecho, es la primera vez que el "Bapne" llega a la región y que los futuros músicos pueden disfrutar de él, siguiendo las instrucciones del maestro, Alejandro Romero.

Pero el cartel de esta edición ha contado con más novedades. A los casi veinte profesores que hay para cada especialidad se suma la experiencia del músico avilesino Santi Novoa, de 22 años. Disfrutando de unos días de vacaciones en Asturias, después de un año intenso en Miami, donde ahora reside, Novoa ha aprovechado para transmitir en Candás su amor por la música y, en especial, por el trombón. "Lo que intento es que los pequeños le cojan cariño a los instrumentos y se lo pasen bien", expresa. Y parece que eso lo consigue a la perfección. "Yo me lo paso genial", afirma Inés Carvajal, a la que le apasiona el trombón, porque "hace ruidos graciosos y es fácil de tocar". Lo mismo piensan los peques, David Menio y Rodrigo Colado, ambos de 7 años, que aseguran que la colonia "mola mucho". Y es que para los dos, las notas musicales están por encima del fútbol. Y eso que para tocar el piano van perfectamente equipados con botas de tacos y medias.

Todos, mayores y pequeños, se despedirán de la diversión musical candasina con audiciones esta tarde en el centro La Baragaña y un concierto mañana, a las 17.30 horas, en el Teatro Prendes.