El buen papel que hizo el grupo de teatro "Ensin Reparu" de Sevares (Piloña) el pasado año en el Salón de Teatro Costumbrista Asturiano de Candás, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA, sirvió para que regresara en esta edición. Al Prendes llevaron en esta ocasión una adaptación de la obra "El Troleru", de Arsenio González, presente en el patio de butacas del teatro y aplaudido una noche más en el Salón.

Se trata de una pieza del costumbrismo asturiano que recoge la variopinta vida rural con las labores del campo y la actividad minera como principal labor de los vecinos. Hay amores jóvenes y mayores, manías y traiciones de todo tipo.

Arsenio González, actor y autor teatral, traza una historia con varias tramas que se entrelazan y todas acaban bien. La obra comienza con la refranera del pueblo, una anciana que lleva años con la ilusión de reencontrarse con su nieto, al que no ve desde que era un bebé. La sucesión de refranes provoca una reflexión continua para quien la escucha.

Otros personajes son los vecinos que comparten antojana y se disputan posaderos con la única intención de que las jóvenes de la casa puedan pescar a un novio y posterior marido. Luego está la joven que se enamora del novio equivocado y el joven enamorado y sacrificado con poca suerte. Todo estuvo aderezado con un diálogo que provoca complicidad con el público asistente.

Con una cuidada escenografía, la obra resultó entretenida, aunque hubo interpretaciones forzadas y otras poco creíbles. El grupo de Piloña innovó en la representación del Prendes con la actuación del tenor José Luis Gallardo, que interpretó un tema antes de cada uno de los tres actos.

Este grupo de la zona oriental asturiana se creó en 1992, cuando un grupo de padres de alumnos decidió montar una obra de teatro para pagar el viaje de estudios de sus hijos. La experiencia fue tan buena que comenzaron a representar más obras.

Por otro lado, el grupo de teatro "Santa Bárbara", de Llaranes (Avilés), actúa esta noche, a partir de las once, en el Salón candasín. La compañía estrena la obra "Paraísu fiscal", de Carmen Campo. Se trata de una obra en dos actos "en asturiano y de un costumbrismo actualizado" que maneja un prototipo actual en la sociedad: un matrimonio de empresarios que bajo una apariencia bonachona defrauda todo lo que puede. Sus hijos, con pocas ganas de trabajar, tratan de sacar la mejor partida a la situación, pero las amistades les complican la vida.