"Vivimos la final con muchísima tensión, solo quedaba un premio por dar y cuando dijeron que éramos nosotros nos pusimos a gritar y saltar como locos" contaba ayer, entusiasmada, Alicia Fernández, una de las niñas que el domingo participó en la competición de construcción de robots con piezas de Lego en Gijón.

Los alumnos del colegio San Félix de Candás consiguieron fascinar al jurado con su robot y llevarse a la villa marinera la copa de Lego. Muy orgullosos de su trabajo, los casi veinte niños participantes lucían ayer por los pasillos de su colegio las medallas que el grupo Robotix repartió a todos los participantes en el campeonato.

Como si se tratase de verdaderos expertos en robótica, cada uno de los niños quería explicar el funcionamiento de su "criatura" y el proceso de su creación a lo largo de un año de trabajo. El robot llevaba un satélite que permitía moverlo hasta un punto y hacer que volviera otra vez a su sitio" explicaba Víctor Menéndez. Más de 550 niños se congregaron en el teatro de la Laboral llegados desde toda Asturias con un único objetivo: mostrar lo que habían aprendido de robótica a lo largo de los últimos meses.

El robot debía pasar siete pruebas, todas ellas con un solo tema: Marte. "No lo olvidaremos nunca, la verdad es que tuvimos unos rivales muy fuertes, pero el nuestro era el mejor", comentaba, dirigiéndose hacia sus compañeros, Nel Artime, quien, con un vocabulario de experto, hablaba del trabajo realizado como si ya llevara años de experiencia a sus espaldas. La jornada incluyó todo un despliegue de actividades, animadores culturales, cuentacuentos y talleres diversos, que consiguieron que los nervios que se respiraban en el teatro de la Laboral se calmasen, aunque sólo momentáneamente.

Como ya aseguraba a este periódico Antonio García, el organizador de esta particular liga, el objetivo de este campeonato es el de "acercar la tecnología a los alumnos para que aprendan programación y para que desarrollen las capacidades de emprenduría, innovación, comunicación y creatividad".