Los niños cada vez tienen mayor protagonismo en la Navidad candasina. Quince pequeños, de entre 5 y 10 años, participaron por segundo año consecutivo en la tradicional misa del Gallo, en la que portaron velas y adoraron al Niño Jesús. La iglesia parroquial de San Félix nunca tuvo una Nochebuena tan concurrida como la del jueves. El encuentro fue de lo más emocionante, ya que los escolares colocaron las velas encendidas sobre un jarrón repleto de arena, previamente recogida en la playa candasina. Con ella, los fieles del concejo quisieron homenajear a los marineros y demostrar que la mar siempre está presente en sus vidas.

La participante más joven fue Aurora Castroagudín, que con tan sólo 5 años, caminó con devoción hasta el altar. Como anécdota, la pequeña tuvo que dormir la siesta de tarde para poder aguantar en pie toda la misa. Por su parte, la candasina Olaya Álvarez fue quien aportó la nota musical a la ceremonia con la interpretación de varios temas con su violín. Dos de ellos fueron "Cerca de ti Señor" y "Adeste Fideles". El cura José Manuel García bendijo todas las imágenes que las familias llevaron a la eucaristía.