"Como reza el salmo, vengo de mar a mar, de orillas del mar Mediterráneo al bravío Cantábrico; de Roma a Candás, a evocar con vosotros la pasión y muerte del hijo de Dios y la alegría de su resurrección". La periodista Paloma Gómez Borrero ofreció ayer en la iglesia parroquial de Candás un emotivo pregón de Semana Santa en el que habló tanto de las experiencias que tuvo ocasión de vivir por su profesión en el Vaticano como de los vínculos afectivos que la unen a la villa marinera carreñense.

Gómez Borrero sostuvo que "la Semana Santa de Candás tiene recuerdos muy lejanos en sintonía perfecta con la Iglesia primitiva, y muy especialmente con Roma", y se mostró "feliz de estar en esta villa marinera donde custodiáis al Cristo que rescataron hace más de 500 años en las aguas de Irlanda unos pescadores candasinos; un maravilloso regalo que a los hombres del mar y a sus abnegadas mujeres les quiso hacer el Señor; yo creo que sabiendo cómo sois y lo hermosa que es Candás, Jesús se quería quedar para siempre con vosotros", agregó.

La Semana Santa de Candás, dijo, "no tiene todavía muchos pasos, pero las imágenes son hermosas, y en modo especial, la de María. Es tan bella, de una belleza tan profunda, que es un canto a la belleza de la Virgen". Esta imagen le evocó a la periodista la de todas las mujeres que consolaron a Cristo camino del Calvario.

A través del ejemplo de las acciones de estas mujeres, "que escriben las páginas de mayor ternura y consuelo, mujeres que hicieron menos cruel el sufrimiento y la agonía de Cristo", brindó un sentido homenaje a las mujeres candasinas, "artesanas del amor, fuertes, compañeras comprensivas, bálsamo de consuelo, que sufren pero esconden las lágrimas para que los suyos no se inquieten, que tienen los ojos, el corazón y la mirada puestas en el mar, en ese azul infinito del mar que les traerá a sus hombres de nuevo", dijo. Y celebró que en Candás todos contribuyan para que, "desde el Vía Crucis hasta que repican las campanas de la iglesia anunciando que Cristo ha vencido a la muerte, cada momento se adueñe de vuestros corazones".

Gomez Borrero habló también de algunas de sus experiencias con el papa Juan Pablo II, como el de una niña a la que Wojty?a consoló nada más salir del campo de concentración de Auswitz y a la que, muchos años después, ya convertido en Papa y en presencia de la periodista, volvió a encontrar convertida en devota abuela.