Según la tradición, los pescadores candasinos tendrán buena pesca durante el próximo año. Y es que Joaquín Alberto González retiró a la primera, y de manera impecable, el velo de la Virgen del Rosario en la procesión del Encuentro. El acto central de la Semana Santa carreñense fue seguido por más de un millar de personas que abarrotaron ayer la plaza del Paseín en la soleada mañana de ayer.

La procesión comenzó a las 11.30 horas, cuando el Santísimo Sacramento salió bajo palio de la iglesia de San Félix dirección a la plaza del Paseín. A la misma hora, la Virgen del Rosario abandonaba la cofradía de pescadores, donde había pasado la noche anterior, con el mismo destino.

El incesante murmullo que se escuchaba en la plaza del Paseín se cortó en seco. Eran las 11.48 horas y el Sacramento llegaba al encuentro de la Virgen, que había arribado al ayuntamiento viejo dos minutos antes. Todas las miradas estaban clavadas en la madre de Dios, con el rostro cubierto por un velo negro. La imagen se inclinó tres veces ante la Custodia. Tres reverencias que precedieron a la retirada del velo, ejecutada con maestría por Joaquín Alberto González.

En ese mismo instante Agustín Rodríguez, antiguo conserje del consistorio descolgaba la bandera de España desde el balcón del antiguo ayuntamiento y la banda de música se arrancaba con el himno nacional. El público estalló en aplausos y gritos de júbilo, pues el momento cumbre de la Semana Santa candasina había salido a pedir de boca.

"Estoy muy contento porque salió muy bien. Este año, no se por qué, estaba muy nervioso y además el viento soplaba muy fuerte", explicó Joaquín Alberto González tras su impoluta retirada del velo. El encargado de tan delicada tarea estuvo en todo momento acompañado por su progenitor, Joaquín González, quien hasta 2013 fue responsable de descubrir la imagen. "Mi padre estaba muy emocionado, lo pasó peor que yo. Después de la procesión estaba en 'shock', totalmente bloqueado", añadió.

"Fue precioso y muy emotivo. Ese miedo, esa incertidumbre... Sea cual sea tu estado de ánimo es imposible no sentir emoción en el momento de la retirada del velo", expresó María Teresa Álvarez, cofrade de la Virgen del Rosario. "Además de que todo salió maravillosamente, en nuestra cofradía estamos muy contentos porque este año se incorporaron tres chicas jóvenes, lo que nos hace ver el futuro con mucha ilusión y optimismo", agregó.

La procesión del Encuentro tiene un significado especial para el pueblo de Candás por su arraigo a la cultura marinera. "Tanto la procesión como la Salve son muy emotivas, ya que somos de una villa marinera", afirmó Marian González. En la misma línea, Merche Aramendi aseguró vivir el momento con "mucha intensidad". "A la Virgen se le tiene tanta devoción como al Cristo", apuntó.

Además de representar una tradición para los candasinos, la procesión del Encuentro es también un reclamo turístico, ya que su espectacularidad trasciende a las fronteras asturianas. "Es la quinta vez que venimos, ya casi lo vivimos con la misma intensidad que la gente de Candás", aseguró Begoña García, bilbaína que se desplaza en tan señaladas fechas hasta la capital carreñense siempre que puede.

Tras la retirada del velo se realizó un canto de la Salve Marinera. Después la procesión se trasladó a la iglesia San Félix donde se ofició una Santa Misa cantada por el Coro de la Bodega.