"¡Otra vez!", exclamó ayer un cliente de la cafetería Mallorca de Candás al enterarse de que habían robado en ella, por quinta vez en lo que va de año. Su propietario, José María Álvarez, ya no sabe qué hacer. "¿Pondré la cafetería en otro sitio? ¿Emigraré? Candás por la noche es una ciudad sin ley, por el día es maravillosa, pero por la noche...", expresó el dueño del local, ya cansado de los robos. La última sustracción se produjo en la madrugada del martes al miércoles hacia las 5.30 horas. "Varios testigos vieron entrar a un tío, que llevaba un coche oscuro y tardó un minuto en vaciar la máquina tragaperras", explicó. Previamente, había roto la cristalera de entrada con una tapa de alcantarilla que horas después del robo aún permanecía en el interior del céntrico establecimiento.

Según manifestó el propietario del local tras haber sido informado por la Guardia Civil y la Policía Local sobre el suceso, el ladrón montó en su vehículo en dirección a Gijón y fue perseguido por los agentes municipales hasta Veriña sin que pudieran apresarlo. "El ladrón es el mismo de las otras veces", señaló el propietario de la cafetería. La Guardia Civil ya tiene identificado al delincuente.

El robo de la madrugada del martes al miércoles ha sido el quinto que ha sufrido el local en lo que va de año. "Nos entraron en febrero, en marzo, en abril y en mayo, y ahora también en julio", señaló José María Álvarez, quien, pese a haber contabilizado más de 7.000 euros en pérdidas, no pierde el sentido del humor. "Estoy levantando yo solo la industria cristalera de Asturias", comentó, refiriéndose a los recambios que ha tenido que hacer de la cristalera de entrada a su negocio. "Cada cristal debe costar unos seiscientos euros", apostilló José María Álvarez, quien confía en que "me dejen en paz. Ya no aguanto más", concluyó.